Alumno Favorito

II

Kaminari se encontraba yendo a su escuela, era una mañana pacífica. Todos iban contentos para contarles a sus amigos como les había ido en el dichoso examen.

Caminó hasta llegar y en la entrada se topó a su amigo Mineta, al verse ambos se saludaron chocando las manos.

—¿Cómo te fue?—preguntó el pelimorado.

—Ojalá y pase—respondió tranquilo.

—Con escuchar eso ya me imagino. Pues yo respondí a como se me ocurrió, realmente no espero tener una buena noticia—ambos empezaron a caminar hacia su salón—¿viste chicas lindas?—susurro.

—¿Eh? Ah, chicas...si, eran realmente hermosas—mintió. Lo que menos observo fueron chicas.

—Espero que ya consigas novia, me sorprende que con ese físico no consigas nada. Las chicas que se te han declarado las rechazas, lo que daría por estar en tu lugar.

—Ellas no me atraen lo suficiente, a lo mejor y si logro quedar en esa preparatoria encuentre a la indicada.

—Sí eso pasa házmelo saber, quiero conocer a la afortunada.

—Lo haré.

Ambos entraron a su salón para sentarse en sus respectivos asientos. Kaminari buscó a Bakugou y al verlo sentado viendo hacia la ventana solo sonrió. Se encontraba solo como siempre.

Sus clases transcurrieron con normalidad, en el descanso solo acompañaba a Mineta quien se la pasaba hablando de chicas; a Kaminari no le molestaba para nada, tenía que fingir tener interés en ese tema.

Cuando vio a Bakugou llegar con su bandeja lo llamó invitándolo a sentarse con ellos, pero este al verlos solo los ignoro y se sentó por su parte.

—No entiendo porque sigues aferrado queriendo hablarle—dijo Mineta.

—Es un buen amigo. Solo que no sabe expresarse.

—Yo no insistiría, hasta me haces dudar.

—¿Dudar?

—Sí. Dudar en que a lo mejor y te gusta.

Kaminari quien bebió su jugo lo escupió debido a que se ahogó al escuchar esas palabras.

—Pero sé que no, porque no te gustan los hombres.

—Ni aunque me gustaran—respondió rápido—Bakugou no es mi tipo.

—Sí fueras mujer, ¿cómo sería tu tipo?

En eso su mente trajo la imagen del chico que se topó cuando fue a presentar el examen.

—Musculoso, cabello rojo aunque no importa si es tinte, eso los hace ver sexys, sonrisa bonita y ojos rojos—suspiró sin darse cuenta.

Mineta se quedó pensando; aquello era una descripción de algún chico, así que empezó a buscar por todos lados a alguien que tuviera ese físico. Pero no hallaba a nadie parecido.

—Entiendo—dijo aún buscando.

—¿A ti?

—¿Seguro que no eres gay?—lo miró alzando la ceja.

—¿Q-qué?—empezó a tartamudear—t-tú me preguntaste, solo respondí.

—Pero respondiste muy rápido, como si ya tuvieras en mente a alguien.

—Y-yo...e-este...—no tenía ni la mínima idea de que responderle.

Mineta lo miró por unos instantes y al notarlo tan tenso solo suspiró.