16 - Mi lord.

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Barbra.

El restaurante en donde vamos a cenar con los amigos de Travis es espectacular. El lujo ya es normal en estos sitios, y, al parecer, el blanco, beige y el dorado son los tonos que siempre luce en este tipo de lugares. Sin mencionar la cantidad de trajes costosos que se exhiben en todo el sitio, distintos tipos de fragancias y clases. Fue una buena idea comprar este vestido, la verdad está acordé con el lugar y las personas que lo frecuentan.

—¿Te gusta? —inquiere Travis a mi lado. Con delicadeza coloca su mano en mi espalda baja y continúa caminando a mi lado.

Volteo y pongo mis ojos sobre los de él.

—Es bonito —contesto y vuelvo a mirar al frente—. Y ya desde afuera parece cinco estrellas —con mis ojos recorro todo el sitio nuevamente, mirando todo con disimulo y detalle.

Todo es muy old.

—Porque lo es —masculla a mi lado—. Es una de las razones por las cuales también me decidí en comprarlo.

—¿Cuándo lo compraste? —caminando a su lado, vuelvo a mirarlo nuevamente.

Desvía sus ojos hacia mi persona.

—Bueno, lo hice el año pasado. Ya te presentaré al vendedor —comunica con tranquilidad y acomoda las mangas de su chaqueta.

—¿Por qué lo quiso vender? Digo, especialmente a ti —frunzo el ceño—. No creo que todos se pongan a tus pies solo porque eres Travis Masson —levanto una ceja—. Mucho menos si son hombres —vuelvo a mirar al frente—. Lo creería de una mujer. Al menos que tus amigos sean gays, por supuesto. Y tú le agrades mucho.

Curva sus labios y me mira, dando a entender que soy un caso perdido.

—No negaré, que ser yo, si tiene sus ventajas y muchas —argumenta con cierta arrogancia—. Además, cariño, no es porque precisamente sea Travis Masson; es porque saben que tengo el dinero suficiente para hacer negocios conmigo —hace una pausa—. El dueño, estaba teniendo ciertos problemas económicos, entonces yo llegué con una pesada transferencia bancaria y listo. Sus problemas económicos fueron arreglados y el hotel y restaurante, ahora son míos.

Lo miro de inmediato.

—Bueno, esto de ti ya no me sorprende —musito sin tomarle importancia—. Ya sé cómo eres.

—Muy bien —con suavidad baja su mano hasta mi trasero y con disimulo y delicadeza, me soba el culo—. Son cosas importantes si nos vamos a casar, debes conocerme muy bien —aparto su mano de inmediato recordando lo que hace horas atrás le dije.

Lo observo.

—Sí, tú también debes saber cosas relevantes de mí si quieres que yo sea tu esposa —agrego y encadeno mi brazo al de él—. Cómo por ejemplo no llevarme a lugares en donde están tus ex putas —refiero con molestia e irritación.

Travis rueda sus ojos y niega.

—Barbra, ya dije que fue un error de mi parte —se defiende—. No volverá a pasar.

Le sonrío con suavidad.

—Por esa razón, espero que aprendas, amorcito —me inclino y le doy un corto beso en la mejilla.

—Lo haré —responde mirando al frente.

—Veremos... ¿Dónde está tu amigo? —inquiero mirando las mesas de manteles blancos ocupadas por los clientes del restaurante.

—Arriba, en una reservación privada —comunica.

—Bien —lo observo—. Me gustaría verlo —digo segundos después.

Pasión Y Deseo [02]Where stories live. Discover now