4.

11.9K 368 210
                                        

Darell Roez.

Necesitaba volver a verla.

Aunque tuviera que perder el vuelo.

Di media vuelta y, mientras caminaba, guardé los billetes en el bolsillo interior de la chaqueta. Me encontré detenido junto a una puerta que tenía una pequeña placa roja que decía "Exit" en la parte superior. Si tan solo tuviera el valor, saldría por ahí mismo, pero era la puerta de emergencia. Así que, resignado, me resigné a volver junto a los chicos y esperar la hora del embarque. Me ilusione para nada.

Una hora para volar a Oslo.

Oliver y Adam están pasmados viendo videos en sus móviles. Mientras tanto, yo no puedo evitar pensar en lo terrible que se siente dejar atrás a alguien que está destrozado y que sus ojos lo delatan. Aunque ella ha guardado silencio sobre las miles de preguntas que le hice, sabía que algo le pasaba. No era normal que llorara y desperdiciara la vida de esa manera. Era como si trata de ocultar algo bajo mil capas para no mostrar nada. En ocasiones, me he sentido culpable por no poder ayudarla o resolver algo por ella. Sin embargo, nunca me ha revelado qué le sucedía. Simplemente lo ocultó y fingió estar bien, aunque le costara hacerlo. Es desgarrador pensar en lo mucho que puede ocultar alguien bajo una fachada de fortaleza.

—Creo que me descargare Tinder—comenta Adam.

—Estamos por coger un vuelo—le dije

—Seguro que habrá alguna chica guapa, rubia, perfecta como nos gustan, normalmente las hay solo habrá que prepararlo por si acaso.

—¿Esperas encontrarte con alguien en Tinder para acostarte?

—Tío, son tres días en Oslo, estaremos solos, aburridos, habrá que hacer algo. Y las noruegas son guapas.

Era precisamente eso. Tres largos días y aburridos. No es que quisiéramos un record de cada pais al que vayamos tuviéramos sexo con desconocidas, sino que Adam era el tipico amigo que nunca te dejaria tener novia porque la vida de soltero resulta mas divertida para todos.

—Es una mierda no poder crear conexiones con nadie porque estamos constantemente viajando, es la peor parte—comenta Oliver—Era buena Gracie, solo que tenía un poco el corazón delulu y estaba jodida de la cabeza.

—Tendrá sus motivos.

—Seh, solo que es extraña. Seguro que el único que le ha caído bien ha sido Darell—dijo Adam

—No caigo bien fácilmente.

—Pero eres Darell, caes bien.

—Gracias—respondí.

Respiré hondo.

Sigo pensando en querer irme a buscarla.

No va a ser fácil tener que contener el impulso de invitarla a unirse a nosotros, porque si yo no podía quedarme, ella se tendría que venir. No entendía por qué, pero sentía que para Gracie, primero era solucionar sus problemas, aunque trátese de ocultarlo, su mirada y su manera de comportarse la delataban, era evidente que le pasaba algo bastante malo, que la consume por dentro, y que desconozco por completo.

Cuando me conoció quería matarme, o esa era la impresión que me dio desde lejos.

Ahora me adora un poco más.

No lo digo con un pensamiento de creído, sino porque hoy la había visto más cómoda, y sonríete aunque la vi también preocupada, cuando se rompió la taza de golpe al suelo, como si hubiera visto pasar ante sus ojos miles de sentimientos rotos. Es posible que no quiera contar a nadie sus problemas y mas cuando no conoces a alguien bien del todo, por eso no espero mucho más. En cambio nosotros, estábamos atrapados en una rutina muy establecida. Cuando digo establecida, me refiero a que vivíamos al límite, no reservamos los vuelos hasta el último momento y no nos importaba el precio. Nos acostábamos tarde, nos quedábamos grabando, editando, hablando de fiestas, chicas, y disfrutamos de cualquier compañía que se cruzara en nuestro camino. Nada más importaba en absoluto, solo disfrutar del momento. Incluso no cogíamos un hotel hasta que aterrizábamos.

Todas las estrellas que nunca tocamos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora