「𝐄𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐜𝐞𝐬𝐨」
¡Hola, Kang Lia! Bienvenida a Project: Heart versión beta. Recuerda que el juego todavía se encuentra en desarrollo, por lo que podría presentar algunos bugs.
¿ℰ𝓈𝓉𝒶𝓈 𝓁𝒾𝓈𝓉𝒶 𝓅𝒶𝓇𝒶 𝑒𝓁𝑒𝑔𝒾𝓇 𝒶 𝓉𝓊 𝒸𝑜𝓇𝒶𝓏𝑜𝓃...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
────𝓢𝓲𝓽𝓾𝓪𝓬𝓲𝓸𝓷 𝓭𝓮 𝓻𝓲𝓮𝓼𝓰𝓸────
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El ruido de los helicópteros pasando por el cielo, la queja de las personas en ese recinto y el frío de esa mañana quizás no se borren de mi mente jamás. Miré a un costado como mi madre cubría a mi hermana de cuatro años con una frazada que nos habían entregado, habíamos dejado todo atrás para huir de la realidad que estábamos viviendo pero aún no estábamos a salvo.
Una invasión extraterrestre o una guerra nuclear con ataques armados y alta tecnología están involucrados pero todo apuntaba a que este era el fin para nosotros. La TV dejó de transmitir y todos estábamos aislados en el mundo. No sabía si esto ocurría solo en Corea o si había otro lugar del planeta que sufría igual que nosotros.
Los hombres que cumplieron su servicio militar obligatorio estaban forzados a colaborar y como mi padre perteneció a Fuerzas Especiales, siendo uno de los mejores de su generación, tenía la obligación de asistir a la familia del presidente y los ministros protegiendolos del ataque, dejándonos atrás no por decisión.
Entre sus cosas mamá rescató sus piochas e insignias ganadas y nos colocó a todas para identificarnos como familia ante los soldados y tener algún privilegio por ello.
—¿Sabes que te amo mucho cierto?— dijo ella a mi hermana MinJi.
—Si, Omma— mi pequeña hermana se cuestionaba de vez en cuando dónde estaba appa y ninguna de las dos podía responderle.
Un militar se nos acercó y nos pidió que formaramos una fila entre todas las mujeres y niños porque había llegado el camión que nos llevaría al puerto donde había una embarcación que nos ayudara a cruzar la frontera y recibir ayuda del continente amigo que nos esperaba para darnos asilo.
Cuando fue nuestro turno de subir nos detuvieron y los militares a cargo se colocaron a conversar mientras nos manteníamos en desconcierto con las otras familias que estaban tras de nosotras.
—Solo dos cupos— nos habló a las 3 —Vemos que portan insignias de fuerzas especiales y solo por eso les daré la chance de subir a camión pero solo dos— dijo el oficial.