•Perdóname•

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IRIS

Me he quedado la noche entera observando las ramas que detuvieron al Ungues.

Sigo sin poder creer cómo es que fueron capaces de detenerlo. Las ramas entrelazadas lo atravesaron con una rapidez y fuerza que no sabía que unas ramas podían tener.

Es...

Demasiado loco, diría yo.

¿Cómo sucedió eso? ¿Cómo es qué...? ¿Acaso alguien vió que me encontraba en peligro y desde la lejanía quiso ayudarme? ¿Fué el señor extraño que me encontré hace días en el bosque...?

Tantas preguntas pasan por mi mente, pero a ninguna encuentro respuesta, es demasiado difícil hacerlo.

He pensado y pensado en posibles situaciones, pero ninguna me ha convencido.

Al no dormir en toda la noche, estoy segurísima de que me veo fatal. Las bolsas debajo de mis ojos probablemente han aumentado, mis labios están secos, mi cabello todo revolucionado.

¿Cómo es que he acabado así si hace menos de un mes era la adolescente más feliz del mundo?

Todo se ha ido a la mierda en un instante y yo no he sido capaz de interferir para que ello no pase.

Pude haber ignorado los gritos de Sky y haber seguido como si nada pasara. Pude haber simulado que sus comentarios no me afectaron, pero lo hice.

Le demostré a él y a toda la maldita academia el poder sentimental que tiene sobre mí.

Maldigo mentalmente y desvío mi vista hacia mis manos, las cuales están realmente lastimadas.

Contemplo fijamente las medialunas que se han marcado en mis palmas y muerdo mis labios con ansiedad. Mis uñas se han clavado por tanto tiempo y tan fuerte que las marcas son demasiado visibles. Demasiado.

Niego con mi cabeza y suelto un suspiro. ¿Cómo es posible que yo me haya hecho eso? ¿Tanto es el dolor mental que siento que he llegado a ese punto?

Joder.

Doblo mis rodillas y escondo mi rostro en mis brazos, tratando de descansar un rato, pero siquiera antes de que pueda hacerlo mi estómago suena.

Mierda.

No he comido ni bebido nada desde que huí de la academia. No sé cuántos días han pasado exactamente, pero estoy segura de que más de cuatro seguro...

Comienzo a sentir un dolorcito en mi estómago y ruedo mis ojos, con irritación.

Cierro mis ojos para tratar de descansar, ya que me he pasado toda la noche despierta. Solo que, apenas lo hago, los vuelvo a abrir al sentir un escalofrío recorrer mi cuerpo entero.

Oh, dios.

Ya no estoy en la cueva, realmente no sé donde me encuentro. Todo se encuentra oscuro, y un olor a... un olor a enfermería inunda mis fosas nasales. ¿Qué mierda sucede?

Me giro para verificar si hay algo detrás de mí pero no, no hay nada, solo oscuridad.

Mis pulsaciones se aceleran y siento mis latidos resonar en mi cabeza. Toco mis sienes con frustración. ¿Dónde estoy?

Una luz titila pero no logro ver qué se encuentra allí, solo es como... como una figura de una persona en una... ¿Cama? Pero no logro comprender quién.

Alas de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora