Una Tía Sucia [FayeYoko G!P]

Capítulo once

—¿Dónde estabas? — preguntó Faye

—Te dejé una nota. — dijo ella para excusarse.

—Te hice una pregunta, Yoko — su mirada permaneció en ella, penetrante y fría —¿Dónde estabas? — repitió.

—Con Ice — dijo simplemente.

—Por un momento no pasó nada. Y luego, todo cambió. Los ojos de Faye se oscurecieron dejando un toque de miedo y odio. En menos de dos segundos ella se levantó y se acercó a Yoko enojada. La tomó de los hombros y le dió un sacudón.

—¡Te dije que no salieras con ella! — dijo con un deje de preocupación en sus palabras.

—Tía... Me duele... — musitó con miedo.

Faye aflojó su agarré sin soltarla dándole otro sacudón.

—¿No pudiste llamarme al menos? Estaba muy preocupada.

—Pensé... Pensé que estabas enojada conmigo... — susurró arrastrando las palabras.

—¿Enojada? No, no — rió con amargura y la soltó. Se giró y caminó por la sala de un lado hacia otro. De repente se detuvo al seco y la miró —¡Estoy furiosa! Maldita sea Yoko, estaba muy preocupada por ti, no tenía idea dónde estabas.

—¿Pero por qué? — colocó sus manos en su cintura como jarra —No te entiendo, no estuviste en casa todo el día, me dejaste sola — sus cejas se juntaron —Por cierto, ¿Dónde fuiste ayer?

—Eso no te importa.

Yoko la fulminó con la mirada y Faye a su vez la fulminó con la suya

—¡Ah, perfecto! Tú sales cuando quieras y yo también.

—No. Tú estás a cargo mío, estás castigada y no puedes salir con ella.

—¿Y por qué no?

—Porque es una chica.

Por un segundo Yoko no entendió. Y luego la verdad le llegó de golpe. Trató de mirarla sin que una sonrisa se le dibujara en el rostro.

—Tía, Faye, Ice es mi mejor amiga desde que tengo 8 años. Jamás ocurrirá algo entre ella y yo.

—¿Y cómo puedo estar segura de sus palabras?

Yoko caminó hasta quedar frente a ella. Acarició su mejilla con la palma de la mano sintiendo la suavidad en el rostro de Faye.

—Solo confía en mí — dijo mirándola a los ojos.

Faye atrapó la mano de Yoko posicionada en su cara y la bajó para entrelazar sus dedos sin dejar de mirarla a los ojos.

—Lamento si te asusté princesa. Es que me sentí muy mal al no verte aquí y estaba muy asustada... También me había puesto celosa al saber que habías salido con alguien más ... Yo... Quiero que seas mía

—Lo soy y de nadie más — dijo sonriente —Tienes que saber que la única persona que me interesa eres tú.

—Me alegra oír eso — sonrió —Pero aún así, he decidido poner un par de reglas en esta casa — se soltó de su mano y caminó un par de pasos hacia atrás, manteniendo distancia.

—¿Reglas? — dijo confundida.