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Exen y yo corrimos a la cueva de la flor. Se había convertido en nuestro refugio personal, y los asuntos importantes los tratábamos allí en donde no había riesgo de que nos escucharan.

La luz de la tarde entraba por la ventanilla que le daba vida a la Sanguinaria. Se mantenía en perfecto estado. Su tallo se había fortalecido y le habían nacido nuevas hojas que avisaban que la flor pronto brotaría.

Nos sentamos contra la pared. Exen se tomó un momento para aminorar su agitación. Cuando pudo hablar con claridad, dejó los papeles sobre su regazo y desdobló uno.

—Me quedé pensando en lo que preguntaste sobre las amigas de Didi, así que decidí investigar. Cuando sus compañeras salieron de la cabaña entré, revisé todo cuanto pude y encontré esto debajo de su colchón. Son cartas que Didi recibía de un hombre. Léela.

Me entregó una y entonces procedí a leerla:

Didi, haré esto muy breve. Sé que comunicarnos con el líder ha sido una tarea difícil, pero me alegra que te estés esforzando por conseguir información aun cuando no hemos podido recibir órdenes específicas. El líder está contento con tu participación, tanto que me ha pedido que me reúna contigo para que podamos planear bien la tarea que nos encomendó. El Imperio enviará un predator este sábado para que crean que están tratando de bombardear, pero en realidad será para recolectar información. Te diré más apenas nos veamos.

Saludos,

L.

—¿L? —inquirí en un susurro.

Tomé otra hoja y la desdoblé para leerla:

El bombardeo fue un fracaso porque lograron derribar al predator. El líder está echando chispas. No sé cómo lo hicieron. He estado preguntándole a los superiores, pero ninguno ha querido aclararme qué pasó. Se supone que soy parte de la OPE, eso me hace un soldado de confianza para ellos, pero no sueltan nada. En definitiva hay algo que están ocultando. ¿Puedes averiguar qué es? Será mejor si te escabulles dentro de la Base de Control. Allí tienen lugar las conversaciones más interesantes.

Saludos, L.

Cogí una tercera hoja e hice lo mismo:

Mañana mientras hacen inspecciones y los trabajadores estén ocupados, ingresarás a la fosa del Norte. Recuerda entrar a la tercera sala, introducir el código que te he dicho y colocar el ácido que te di. Bastará para hacer una gran abertura. Hazte pasar por una de las estudiantes, no sospecharán de ti. Tendrás dos minutos para escapar. Yo estaré entrenando con la OPE para que no haya sospechas. El líder quiere que esto salga bien. La idea es dejar a La RAI con una sola fosa funcionando. Por cierto, funcionó lo de la sustitución de recuerdos. Nadie sabrá que hablamos. Solo recuerda que justo cuando te vayas a dormir debes tomar el líquido que puse en tu bolsillo. Eso borrará toda pista en tu mente que Pantera pueda detectar.

Leiton.

Quedé atónita por lo que leí. Nunca sospeché de Leiton porque ni siquiera había tenido la oportunidad de conocerle a fondo. Con su aspecto petulante había pasado desapercibido, pues nunca me interesé por hablar con él o mantener una amistad.

Observé la caligrafía. Era cursiva y bien trazada. Me asombró el hecho de que alguien cuyo perfil siempre había sido alto para los superiores fuera el traidor, pero sobre todo me parecía extraño que por último, probablemente en la carta más importante, su nombre estuviera escrito.

—¿Por qué la firmó con su nombre? —inquirí—. Parece un acto muy tonto de parte de un infiltrado.

Hasta yo entendía que había muchos errores en esas cartas.

ASFIXIA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora