Mavie
La alarma de mi teléfono me despierta temprano, recordándome mis clases de patinaje. Aparte de ser una joven problemática aficionada a las carreras ilegales de autos, también disfruto patinar y perfeccionar mis movimientos. Dormí terriblemente en ese sillón; me levanto y acomodo los muebles. Al menos este departamento tiene dos baños, puedo disponer de uno. El problema radica en mi ropa: no tengo mis cosas aquí.
Espero a que el abogado se despierte o voy a casa por ropa, me debato con mi subconsciente para que elija una opción.
—¿A que hora se despertará ese hombre?
Invoco al amargado ese y, su presencia emana un aura que calienta mi espacio. Permanezco inmóvil en mi sitio, observando cómo él me ignora y se encamina hacia la cocina. Se cree que lo sigo, mis pasos lo siguen de cerca, pues anhelo cambiar mi aspecto desaliñado y tomar una ducha.
—Te advertí que te mantuvieras a distancia, niña.
—¿Podrías acompañarme a comprar algo de ropa?—pedí necesitaba dinero, y solo él podría dármelo.
—¿Y por qué debería desperdiciar mi tiempo en ti? No eres precisamente una prioridad en mi agenda.
—Entiendo, no soy tan importante como tus estúpidos casos.
—Exacto, así que deja de molestar y busca algo que hacer por tu cuenta.
—Requiero vestimenta de inmediato.—cruzo los brazos desafiante y clavo mi mirada en la suya. Un duelo de poder se desata entre nosotros.
—No—se negó y opté por suplicarle.
—Señor acompáñeme a comprar algo de ropa, mi casa queda muy lejos.
—No me apetece perder mi tiempo en un centro comercial, especialmente contigo.
— ¿Tan ocupado estás con tus "importantes" asuntos legales?
—Exactamente, y no tengo tiempo para tus frivolidades. Ve y compra lo que necesites, pero sin mí.
—Está bien, iré sin usted, présteme algo de dinero. Roxan me bloqueó la tarjeta por acceso ilimitado.
—¿Ahora resulta que soy un banco? No voy a satisfacer tus necesidades de financiamiento.
—Solo necesito un poco, no es como si te estuviera pidiendo un préstamo millonario.
—Incluso los pequeños retiros suman, ¿sabes? Tal vez deberías considerar un plan de ahorro o conseguirte un trabajo de medio tiempo en lugar de depender de los demás.
—¡Oh, gracias por el consejo! Pero sabes que siempre puedo recurrir a Roxan si necesito algo.
—Llámelo a él, y déjate de fastidiarme.
—No quiero llamarlo—alce la voz—He sido un problema desde de que me conoció.
—No le ordenaron ser el héroe, ni quedarse con una niña malcriada que solo sabe gastar el dinero ajeno para resolver sus problemas.
—¿Tiene usted problemas conmigo?
—Muchos como no te lo imaginas.
—Eres un señor amargo, por eso no me sorprende que no tengas pareja. Ni tú mismo te soportas.
—Ah, qué ingeniosa eres. No me asombra que no puedas encontrar a alguien que te soporte. Yo estoy mucho mejor solo.
—Me llevas por las buenas a comprar mis cosas...
Sus pasos siguen y me obliga a retroceder hasta que mi espalda toca la pared. No se acerca, su presencia a centímetros de la mía es suficiente para sentir su dominio. Sus ojos, penetrantes, clavan su mirada en la mía, advirtiéndome sin necesidad de palabras.
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"El Abogado de la Mafia" { 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨; 𝟏 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨✅}
RomanceQuizás te habían dicho que es un abogado novato, pero no es verdad. Es el diablo en persona: ruso, millonario, codiciado, peligroso y sin escrúpulos. Así se describe Cassian Rostov, un abogado de la mafia. Las leyes del abogado perderán su rigidez c...