"El Abogado de la Mafia" © { 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨; 𝟏} 𝐁𝐨𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐞𝐧 𝐜𝐨𝐫𝐫𝐞𝐜𝐢𝐨́𝐧 ✔️

"La carrera"

Si quiero enamorarme, pero no quiero al héroe de la historia, yo deseo, anhelo, al villano, porque nadie me amaría y quemaría el mundo por mí, como el malo de una historia jamás contada.

Mavie

Enero

El sudor bajaba por mi frente mientras tomaba una liga y amarraba mi cabello en una coleta alta. Esto me apasionaba. Amaba armar y desarmar autos, tanto como correrlos. La adrenalina era parte de mi vida, al igual como cobraba vida a mis sentidos. ¿Le tenía miedo a la muerte? ¡Claro que no! Yo me burlaba de ella. Esta era yo. Un poco loca, introvertida y problemática.

Terminaba de colocarle la última pieza al Ferrari que compuse y deshice en menos de dos horas. Este coche me había dado mucho trabajo pero luego de dedicarle un tiempo pude completarlo. Kate Arenas mi mejor amiga, y compañera de vida se acercó con dos cervezas alegrándome por dentro. Me entregó una que tomé con una sonrisa muy satisfecha y tras un segundo la cogi.

—Gracias Kate—jadeé—Tu si sabes lo que me gusta.

—No por nada soy tu mejor amiga Mavie—me nalguea el trasero—Está noche tendremos una carrera en el condado de king.

—Si vuelvo a correr un auto—coloque la lata en el capó del Ferrari—Mi padre me matará amiga.

—Mmm, lo admito, Mav. ¿Qué dices si nos vamos a gastar dinero que no tenemos?

—Paso debo ir a casa. Papá se encuentra en Londres, y ya sabrás cómo está de histérico.

—Eres aburrida—se sienta en el capó del coche—¿Desde cuándo eres tan responsable Mav?

—Me estoy volviendo adulta—regrese mi atención al auto.—Concluyó algo en el taller y me voy.

—Dentro de muy poco es tu cumpleaños—me codea—Cumplirás los veintiuno.

—Eso me recuerda que ya entré en la etapa de los veinte.

—Tenemos que celebrar tu cumpleaños cielo.

—Lo pensaré. Ahora déjame acabar esto.

—¿Aún sigues siendo virgen amiga?—detuve mis manos al escucharla—Vamos, Mav. Estamos en pleno siglo XXI y aún sigues conservada, deberían llamarte la Santa Mavie.

—No he tenido novio. ¿Cómo se supone que pierda la virginidad?

—Sigues sin estreno porque quieres. ¿Sabes todos los chicos a los cuales les gustas?

—Ninguno de ellos me gusta. Ni siquiera he experimentado qué se siente tener un primer amor. No tengo tiempo para esas sandeces.

—¿Has visto un pene alguna vez amiga?—abrí mis párpados sorprendida ante su repentina confesión—¿Y?

—¡Estás loca!

—¿Qué? Que seas virgen no significa que no te hayas tocado o que has visto pornografía. ¡Está de moda!

—No he visto esas cosas, y mucho menos me interesa ver penes.

—De lo que te pierdes, pero aquí estoy yo para ayudarte.

—Ya, cambiemos el tema.

—Vas a morir, virgen.

—Algún día.

Me voltio los ojos y comenzó a revisar su celular, muy entretenida. A mí no me llamaba la atención las redes sociales, ni mucho menos la farándula entre los famosos. Pero a Kate le fascinaba estar atenta a esos cotilleos.