32 - El Quinto pone fin a los enfrentamientos

61 4 0
                                    

Se oyó el leve pitido de un monitor de latidos en funcionamiento, en las profundidades del hospital. En la zona de cuidados intensivos, que había tenido mucho más trabajo de lo normal desde el inicio de los exámenes, una figura solitaria vestida con un traje verde de spandex vigilaba el cuerpo comatoso de su orgulloso alumno.

No pudo evitar sentirse culpable por no haber convencido a Rock Lee con palabras. Al mismo tiempo, se alegró de que siguiera vivo. Incluso el miembro partido no era un problema, y con suficiente entrenamiento, el muchacho podría volver al servicio activo en pocas semanas.

Maito Gai salió de la habitación con cuidadosos pasos de puntillas. Podía ser ruidoso cuando quería, pero también sabía cuándo callarse. Fue cuando atravesaba el pasillo para llegar a la habitación de Neji cuando tropezó con una kunoichi de pelo rosa -que estaba ignorando literalmente a una enfermera que intentaba convencerla de que volviera a su habitación-.

"Haruno-san, no deberías moverte", se mordió el labio la enfermera mientras intentaba una vez más mover la mano que tenía sobre el hombro de la chica, sólo para que ésta gruñera en su dirección.

"Estoy bien", replicó ella, sujetándose el estómago con la mano derecha. "Dijiste que estaba en el cuarto piso, ¿verdad?".

"Sí, pero Haruno-san no deberías...".

"¡Soy una kunoichi, puedo vivir con este dolor!", gruñó en un siseo grave, mostrando los dientes, antes de detenerse para mirar larga y fijamente con sus ojos esmeralda la figura de Maito Gai -la Jounin se había quedado para ver cómo se desarrollaba la escena-. "¿Has visto algo que te guste, loco de las cejas?".

"Ésa es una acusación muy poco juvenil", replicó tranquilamente Maito Gai. "Y tú eres muy poco juvenil en...".

"Eres el sensei de Rock Lee, ¿verdad? Sakura le interrumpió entonces, y esta vez su mirada era cautelosa.

"Lo soy", respondió él con un movimiento de cabeza. "Pero no tienes por qué preocuparte, estoy por encima de venganzas mezquinas".

"¿De qué estás hablando?" Sakura frunció el ceño. Había auténtica ignorancia tras sus ojos, algo que hizo que Maito Gai se quedara quieto un segundo. "¿Qué ocurrió durante el torneo? Nadie quiere decirme nada, por eso voy a obtener la respuesta de Sai. De todas formas, el Pervertido probablemente esté dibujando porno o quedándose ciego si no hay nadie que le vigile". La kunoichi resopló, con voz grave y gutural.

"¿Tu compañero de equipo no te lo ha dicho?". Maito tuvo que admitirlo: al oír la palabra "compañero de equipo" había bajado un momento la voz en una leve muestra de emoción... pero no había esperado que la chica se diera cuenta y cambiara repentinamente de postura.

"No", gruñó ligeramente. "¿Tienes algún problema con Naruto?", le miró directamente a los ojos, como si fuera una bestia en busca de enfrentamiento.

"No apruebo su conducta impropia con respecto a mis alumnos", replicó Maito Gai con frialdad. "Mató a una de ellas y llevó a la otra a cuidados intensivos".

La kunoichi palideció. "¿Q-qué? No, Naruto nunca haría algo así". Sacudió la cabeza con firmeza.

"¿Por qué no se lo preguntas entonces?" comentó Maito Gai. "Ahora, si me disculpas, me reuniré con el único alumno que me queda que no necesitará meses de rehabilitación y entrenamiento para volver a ser eficaz".

Después desapareció, dejando atrás a Sakura, que se sintió despojada de sus fuerzas. Naruto... no, Naruto tenía que haber tenido una buena razón para hacer aquello. Ya se lo preguntaría después.

Así las cosas, tardó unos minutos más en llegar a la habitación de Sai, incluso con la enfermera regañándola constantemente por no arriesgarse a que su salud volviera a empeorar. Entró de todos modos, retumbando mientras cogía una silla para sentarse junto a la forma pálida y dormida de su compañera de equipo.

Naruto - Un Viaje Hacia La Oscuridad ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora