"Arrebatos"

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Mavie

No sé qué le pasa a Cassian últimamente; está actuando de manera muy extraña. Hace unos segundos casi atropella a Galán con el auto, y su reacción fue alarmante. Al bajar del coche, aún sorprendida por la agresividad de él, me encuentro cara a cara con Galán. Él me sonríe con esa confianza y le devuelvo la sonrisa. Me pregunto qué está pasando por la mente de Cassian para comportarse así.

—Hola, Mavie. He regresado a la ciudad y vine a saludarte de sorpresa.

—Galán—sonreí—Extraño patinar juntos.

—Yo también te he extrañado. Pronto será la competencia.

—Sobre eso... creo que no podré patinar.

—¿Por qué?

—Tuve un accidente y me lastimé el tobillo —explico.

—Lo siento mucho, Mavie. ¿Estás bien? ¿Precisas algo?.

—Estoy mejorando, gracias. Solo necesito tiempo para recuperarme.

—Si necesitas algo, no dudes en decírmelo. Estoy aquí para lo que necesites —ofrece Galán.

Cassian interrumpe, recordándome que todavía está aquí, y lo siguiente que dice me deja con la boca abierta.

—Ella no necesita nada de ti. Me tiene a mí, y siempre lo hará —declara con rectitud.

—¿Y quién eres tú para decidir eso?—Galan miró a Cassian, y yo los miré a ambos.

—Soy el hombre que está a su lado, cuidándola y asegurándome de que no necesite nada de un insecto patinador —replica y abro más los ojos.

—¿Quién rayos te crees para hablar así? —contraataca Galán.

—¿Quién soy yo? —lo atraviesa con una mirada penetrante—. Soy el único hombre que importa en su vida ahora y siempre. Y soy el hombre que te mandará al infierno con sentencia asegurada.

Cassian emite una amenaza a Galán que hace que mi piel se erice. Anticipadamente de que pueda decir alguna palabra, Cassian me agarra del brazo con fuerza y me aleja de Galán. Al llegar al ascensor, me separo de él y lo enfrento, molesta por lo que acaba de hacer.

—¿Qué demonios te pasa, Cassian? ¿Desde cuándo te comportas así?

—No entenderías ¡Maldita sea.!

—Explícame.

—No serás de el, con eso te digo todo.

Me volvió a tomar del brazo y esta vez, me subió en sus hombros como si fuera un simple costal de papas. Pataleé y protesté, pero él parecía inmutable, ignorando por completo mis intentos de liberarme.

—¡Bájeme señor, suélteme!

—Guerra avisada no mata soldado.

Abrió la puerta de su departamento conmigo en sus hombros y siguió el camino hacia su habitación. Con delicadeza, me dejó en el suelo.

—No piensas encerrarme aquí ¿o si?—inquirí.

—Volveré temprano, lo prometo.—Salió de la habitación y cerró la puerta tras de sí.

—Cassian, ábreme, ¡tengo hambre!

—Te traeré comida, pórtate bien.

—Me las pagarás, Rostov.

Cassian

Cuando bajé al lobby, el insecto patinador se había ido. Muy inteligente de su parte hacerlo, porque no me iba a controlar y le iba a desfigurar el rostro. Me monté de nuevo en mi Ford Mustang. Es mi auto favorito, poderoso y elegante, como yo.

"El Abogado de la Mafia" { 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨; 𝟏 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨✅}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora