"Las flores"

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Mavie

Hice un pequeño préstamo. Agarré la computadora del abogado por segunda vez prestada. Coloqué un Spotify de The Weeknd y comencé a escuchar música y a comer galletas de chocolate que él me había comprado. Extrañamente, pero lo hizo. Cuando mi teléfono vibró, alargué mi mano y lo tomé. Encendí la pantalla y me encontré con un mensaje de Galan. Él me había respondido el que le puse esta tarde.

—No me gustó la actitud de Cassian —escribió—, era macabra.

—Cassian es así, no le hagas caso. ¿Llegaste bien a casa?

Galan tardó unos momentos en contestar.

—Sí, llegué bien. Oye, ¿te gustaría salir mañana?

Sonreí al leer su invitación y comencé a pensar en qué responderle.

Antes de que pudiera responder, mi celular se quedó sin batería. Maldije a regañadientes. En ese mismo momento, apareció Cassian. Tenía el cabello desaliñado de una manera encantadoramente descuidada y llevaba solo unos shorts de dormir que dejaban al descubierto su torso musculoso. Sus ojos grises, intensos y penetrantes, parecían dagas que me atravesaban el alma.

—¿Que estás haciendo Mavie?—me pregunta.

—Mi teléfono se quedó sin batería justo cuando iba a responderle a Galan.

Cassian frunció el ceño, su mandíbula bien definida se envaro, sus ojos brillando de ira.

— ¿Pasa algo, señor?

—Todo pasa, Mavie. Hablas con ese insecto patinador y dices que eres su amiga, pero le consideras muy poco la vida a tu amigo.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Simplemente me pregunto si realmente te importa lo suficiente como para entender lo que está en juego.

—No entiendo a qué te refieres.

—Entenderás lo peligroso que es Cassian Rostov.—Se gira para irse a su habitación, pero antes de marcharse añade:—Asegúrate de poner mi computadora en su lugar. Se te ha hecho costumbre tomarla sin mi permiso.

Cassian

El día comenzó y me levanté temprano. Mavie aún seguía durmiendo en el sillón. Tendré que hacerle caso y comprar otro departamento, quizás más grande. Tengo una fortuna que ni utilizo, me gusta más mi soledad.

El reloj en mi muñeca avanzaba. ¿Y si le preparo el desayuno antes de irme? Podría desayunar con ella. Me dirigí a la cocina y comencé a preparar su desayuno favorito: panqueques y fresas salteadas. Sé que ese es su desayuno preferido; soy muy observador y siempre la observo con esmero.

Ella se percató del olor de los panqueques y se alzó  soñolienta del sillón. Caminó sonámbula hacia mi dirección y me reí por lo bajo. Llevaba una apariencia desaliñada, pero aun así era hermosa. Bostezó y se pasó una mano por los ojos. Como si conociera mi cocina, se sentó en el mostrador al mismo tiempo que deslicé el desayuno frente a ella.

—Huele delicioso. ¿Para mí?—bostezó ella.

—No, en realidad lo hice para el gato invisible que tenemos. Pero ya que estás aquí, puedes tomarlo—añado sarcástico.

—No tenías que hacerlo. Pero gracias, realmente lo aprecio—dijo ella, todavía somnolienta.

—Soy un alma generosa. Me gusta verte feliz, incluso si tengo que sacrificar mi mañana perfecta.

—¿De verdad te levantas siempre tan temprano?—preguntó mientras tomaba un bocado.

—Sí, porque ¿quién no ama estar despierto cuando el mundo aún duerme? La rutina ayuda a mantenerme enfocado. ¿Dormiste bien en el sillón?

"El Abogado de la Mafia" { 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨; 𝟏 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨✅}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora