"Lujuria"

55.6K 2.6K 264
                                    

Mavie

La madrugada tomo el cielo y resopló hacia arriba con los labios entreabiertos. He perdido la virginidad, y no hay otra mejor, sensación que haberlo disfrutado en toda su anatomía. Ignoro la hora; sigo procesando el regalo que mi novio me ha hecho: una galería de arte, un gesto romántico a su manera, exclusivamente para mí. Pasé una mano por encima de las sábanas blancas cuando Cassian se levantó de ellas, y mis mejillas ardieron al ver la sangre en ellas.

¡Que vergüenza!

—No las mires, por favor dejas ahí.—escondí mi rostro bajo las sábanas.

—Vida mía—besa mi frente con dulzura—Sé que ahí, está la prueba de tu virginidad. No tienes que sentir vergüenza.

—Si, la tengo y mucha.

—No—me quite la sábana del rostro—Conmigo no tienes que tener timidez.

—Es que...—sollozó leve—Es una emoción que me controla.

Sus ojos oscuros estudian mi expresión, una sonrisa traviesa juega en sus labios. Su presencia irradia seguridad, haciendo que mi propia incomodidad se intensifique ante su dominio del espacio. Es un hombre de elegancia innata, con un magnetismo que lo hace destacar en cualquier situación.

—No debes esconderte, ya te vi toda la noche y me fascinó.

—Lo siento, no estoy acostumbrada a que me miren de esa manera.

—Deberías acostumbrarte. Eres una mujer hermosa y no hay nada de qué avergonzarse.

Se metió en la cama una vez más y, con sus manos, cepilló mi cabello hacia atrás. Su aliento fresco rozaba mi piel.

—¿Volveré a sangrar, cuando ocurra otra vez?

—No pequeña—me beso—No vas a volver a sangrar.

—Es que tú cosa es muy grande, aún duele cuando está adentro.

—Pero te gusta ¿o no?

—Eres un sucio.

—Muy cierto—se acostó a mi lado, mi agarro de las caderas y me sentó sobre sus piernas—Ahora te toca a ti vida mía.

—¿Que haré?

—Montar a tu hombre.

—No se como se hace—mire el tatuaje de mariposa en su pecho—¿Y si no te gusta?

—Me gustará vida—masajeó mis senos—Soy todo tuyo. Muévete, arúñame, muérdeme. Abusa de mi, haz conmigo lo que desees.

El gris de sus ojos no me abandonaba. Situé mis dos piernas y me senté en el medio de su entrepierna. Su miembro estaba duro en cuanto percibió que me movía, sin apartarme de su mirada. Su pecho lleno de tatuajes donde había mariposas, serpientes, flores, un sinnúmero de bellezas que adoraban su piel. Me excitaba. Coloqué una mano en su pectoral mientras que él agarraba mi trasero y masajeaba mis tetas. Me calentaba aún más.

—Mira pequeña—tomó la punta de su pene, y deslizó de arriba, abajo volviendo al inicio—¿Lo quieres dentro de ti?

—Si—maúlle—Lo quiero.

—Súbete un poco, déjeme entrarlo. En tu estrecho coño—pidió encarecidamente.

Me eché el pelo para atrás. Mis ojos cedían apartar mi vista. Me acogía cuando deslizaba su pene en su mano, es muy grande, y muy gordo. ¿Qué sería probar esa punta rosada que me apela a gritos? Me levanté un poco la pelvis hacia el. Acto continúo insertó su miembro en mi vagina, gatuneé adolorida siempre dolerá tenerlo adentro.

"El Abogado de la Mafia" { 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨; 𝟏 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨✅}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora