-¿Me amas?-
-mas que a nadie-
-¿Con toda tu vida?-
-con toda mi vida-
-¿Dejarías todo por mi?-
-umm ..si??-
-¿Realmente esto está bien?...-
-.......-
-no ...-
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créditos a quien corresponda las imágenes usadas
--- Esta es una obra de ficción que explora temas de obsesión, comportamiento controlador y situaciones de coerción emocional y física. Estas representaciones son ficticias y no deberían ser vistas como modelos de comportamiento saludable o aceptable. Si te encuentras en una situación similar en la vida real, es importante buscar ayuda profesional y apoyo adecuado.
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El zumbido de los mensajes directos en Discord se volvía casi ensordecedor. Spreen había terminado su stream hacía unas horas, pero su mente estaba lejos de desconectarse. No podía dejar de pensar en [Y/N], ese streamer del montón que, de alguna manera, se había convertido en una figura central en su vida. No era el típico streamer con millones de seguidores, ni alguien conocido en la comunidad, pero había algo en [Y/N] que lo volvía especial para Spreen.
Al principio, todo había comenzado de manera inocente. Colaboraciones ocasionales, risas compartidas en transmisiones conjuntas y largas conversaciones hasta altas horas de la noche. Spreen se sentía atraído por la autenticidad de [Y/N], por su risa contagiosa y su pasión genuina por los videojuegos. Sin embargo, lo que comenzó como una simple amistad empezó a transformarse en algo más oscuro y profundo.
Cada vez que [Y/N] publicaba algo en Twitter o comenzaba un nuevo stream, Spreen estaba ahí, observando cada movimiento, analizando cada palabra. Se dio cuenta de que sabía más sobre [Y/N] que sobre sí mismo. Conocía sus horarios, sus rutinas, sus gustos y disgustos. Incluso había comenzado a ajustar sus propios horarios de streaming para coincidir con los de [Y/N], asegurándose de tener siempre una excusa para pasar tiempo juntos.
Una noche, mientras Spreen revisaba las redes sociales de [Y/N], notó algo que lo hizo detenerse en seco. Un comentario de otro streamer, un tal Alex, sugiriendo una colaboración con [Y/N]. La idea de que alguien más pudiera acercarse tanto a [Y/N] lo llenó de una bronca irracional. ¿Cómo podía permitir que eso sucediera? [Y/N] era suyo, aunque [Y/N] aún no lo supiera.
Spreen decidió tomar cartas en el asunto. Comenzó a enviarle mensajes a [Y/N], preguntándole sobre su día, interesándose por cada pequeño detalle. La conversación se extendió hasta la madrugada, y Spreen aprovechó la oportunidad para deslizar su propuesta: una serie de colaboraciones exclusivas entre ambos. [Y/N], ingenuo y halagado por la atención, aceptó sin dudar.
Las semanas siguientes fueron un torbellino de streams conjuntos y mensajes constantes. Spreen se aseguraba de estar siempre disponible para [Y/N], de ser el amigo perfecto, el confidente incondicional. Pero por dentro, su obsesión crecía, alimentada por cada sonrisa, cada carcajada compartida. La idea de perder a [Y/N] se volvía insoportable, y cada vez que veía a [Y/N] interactuar con otro streamer, sentía un nudo de celos retorcerse en su estómago.
