Capítulo 39

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―¡Bradley! ―exclamó la reina llamando la atención de este último que aún no se había percatado de lo cerca que estaba su tía―

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―¡Bradley! ―exclamó la reina llamando la atención de este último que aún no se había percatado de lo cerca que estaba su tía―. ¿Por qué siento que has estado huyendo de mí toda la noche?

La expresión de Brad se relajó y le sonrió con más cariño del que Eva le había visto demostrarle a su madre.

―Tía, ¿por qué iba a evitarte a tí por sobre todas las personas que hay aquí esta noche?

―No lo sé, pero he querido saludarte desde que llegué y no he podido encontrarte ―argumentó Brianna―. Esperaba poder conocer a tu novia. Zoe nos ha hablado tanto sobre ella que no podía seguir con la intriga.

Eva sintió que el corazón comenzaba a latirle con más prisa.

―Sí, lo imaginaba ―respondió y colocó una mano en la cintura de Eva para acercarla más a ellos―. Tía, te presento a Eva Morton. Mi novia.

La reina los miró con tal ternura que Eva se sintió un poquito menos nerviosa.

―Creo que yo también merezco que me presentes, aunque no lo necesite.

Los tres se rieron, y Brad cambió su humor de manera rotunda. Eva comprendió entonces que todo lo que había oído sobre la reina era cierto. Era una persona especial, que tenía luz propia.

―Eva, te presento a mi tía Brianna ―procedió él y ella miró a la mujer a los ojos todavía con cierto titubeo.

―Majestad ―pronunció con un asentimiento―. Es un honor conocerla.

Bri extendió los brazos para tomarle ambas manos.

―El placer es mío, Eva. No hay necesidad de formalismos, puedes llamarme por mi nombre ―ofreció con un tono maternal―. Robert me comentó que ya te conocía desde el colegio, no entiendo cómo es que ustedes dos no se habían encontrado antes.

Eva mantuvo una sonrisa apacible.

―Sí, es que Brad y yo no nos cruzamos mucho en el colegio ―formuló sintiendo que Brad volvía a tensarse a su lado―. Robert me recuerda porque teníamos más contacto a través de Nina. Compartíamos un par de actividades extracurriculares y luego nos encontramos en la misma universidad en Londres.

Brianna asintió despacio, como si con la mención de Nina hubiese tocado una fibra sensible.

―Oh, eso no me lo dijo. No tenía idea de que eras amiga de Nina.

Eva no diría exactamente amiga, pero prefirió no ahondar más en el tema y dejarlo pasar.

―Desperdicié muchos años por no darme la oportunidad de conocerla mejor ―declaró Brad.

―Bueno, me alegra mucho entonces que al fin hayas abierto los ojos ―repuso Brianna, entre orgullosa y conmovida volviendo a mirar a Eva―. Y aunque mi padre no será muy expresivo al respecto, creo que es importante que sepas que te adora. Nunca lo había oído hablar tan bien sobre una persona como lo ha hecho de ti esta noche.

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