Otoño 1 y 2 - {Bilogía: Romance Otoñal}

• Parte 9

Siete meses después

La pareja luego de pasar unos increíbles días en un hotel ya que habían tenido un evento de maquillaje y ellos decidieron quedarse más tiempo, regresaron a la ciudad y a la rutina, tan solo para terminar de acomodar el bolso de los bebés y el de la futura madre y, comprar algunas cosas más que hacían falta.

Durante aquellos meses habían dedicado el tiempo en visitar casas con varias habitaciones y hasta barrios privados, pero decidieron comprar una casa de planta baja en un barrio residencial que estaba cerca de los padres de Colin y de Autumn, así ninguno se ponía celoso por saber que estaban más cerca de unos que de otros.

El departamento estaba casi sin las cosas personales de ellos puesto que una vez que nacieran los bebés, dos nenes y dos nenas, se instalarían en la nueva casa.

Aquella noche estaban los dos dentro de la cama y conversando mientras cenaban y miraban una película.

—¿Qué opinas sobre elegir ahora a los padrinos de los cuatro retoños? —preguntó la joven mujer.

—Me parece bien, ¿a quiénes tienes en mente?

—A tus hermanos, a Oliver y a mis compañeros de trabajo que son cuatro.

—Falta una persona, deberían ser dos por cada bebé.

—¿No tienes un mejor amigo? ¿Vinny por ejemplo?

—¿Quisieras a él?

—Si es tu mejor amigo, debería serlo si tú quieres también y sería muy bueno porque así quedarán en pareja, tendríamos cuatro mujeres y cuatro varones.

—De acuerdo, le diré a Vinny entonces.

—Estoy un poco nerviosa por mañana —le comentó intentando tranquilizarse.

—Todo saldrá muy bien, belleza —le acarició la mejilla y le sonrió—. Cuando menos lo esperes, tendremos a los bebés en nuestros brazos.

—Lo sé, pero no puedo evitar sentirme nerviosa.

—Es lógico, pero debes estar tranquila, te acompañaré y sabes que estaré en el parto también.

—Sí, ya sé, sé también que me libro del parto natural lo cual es un alivio sinceramente.

—Creo que hubiera decidido lo mismo, una cesárea con tal de no sufrir las contracciones —rio y ella le siguió también.

—Me dijo tu mamá que es como un retorcijón de panza, pero más intenso.

—Terrible —acotó su marido.

—Ha sido genial haberlo programado —se carcajeó y se acomodó mejor de costado para ver la película.

De a poco se fue quedando dormida y Colin le besó la frente y la tapó un poco más para luego apagar la televisión y la lámpara de noche para dormir también. Mañana sería un gran y emotivo día, la familia ya estaba avisada para que fueran al sanatorio mientras ellos estarían recibiendo a los bebés.

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Desde el nacimiento de los cuatrillizos, quienes sus padres llamaron Bridie, Duncan, Ivy y Sky, pasó un año y medio, en donde tuvieron el bautismo de los cuatro retoños, ocasiones felices, discusiones, cansancios por ambas partes, reuniones familiares y eventos, viajes solos y en familia, y momentos inolvidables como por ejemplo aquel día que habían planeado ir al zoológico para que los niños disfrutaran de un hermoso día soleado de verano.

—¿Has terminado de vestir a los varones? —preguntó Autumn entrando al cuarto.

—Estoy en eso, pero el perezoso de Bridie no quiere ponerse las medias con los tenis —lo miró con atención y el niño le sonrió.

—Bridie, escúchame —se puso de cuclillas su madre quedando a su altura—, ¿quieres ir a ver los animalitos y darles de comer? —Él asintió con la cabeza—. Entonces tendrás que usar soquetes para que tus piecitos estén sin ampollitas y puedas correr como te gusta. ¿Dejas que papá te ponga este parcito o quieres elegir otras? —Le mostró las medias.

—Otaz (otras).

—Bueno, señálale a papá cuál quieres.

—¿Ahora se pone exquisito? A su edad, mi madre me calentaba el trasero si no me ponía lo que me elegía.

Su esposa se rio a carcajadas.

—Los tiempos cambiaron y vas a tener que ponerle los soquetes que quiera. Iré a preparar el bolso.

—De acuerdo.

Mientras ella regresaba al cuarto de las niñas, Bridie le señaló a su padre las medias de dibujitos de veleros en colores verdes y naranjas, colores que no combinaban con lo que tenía puesto.

—Vas a quedar como un payasito, Bridie —le dijo y este se rio, y su hermano Duncan rio también cuando vieron a su padre que se ponía una nariz de payaso y los correteaba por el dormitorio al tiempo que estos se carcajeaban.

Ivy y Sky escucharon el griterío del cuarto de al lado y salieron disparadas para ver lo que estaba pasando, y se unieron al juego enseguida.

Autumn llegó para poner orden, pero su intento de cara enojada le duró muy poco cuando miró a su marido con la nariz roja y un bonete de cumpleaños.

—No sabía que teníamos un circo en casa —se rio y se acercó a ellos—. ¿Vamos a ir al zoológico o no? Tenemos entradas para las dos de la tarde.

Ella se puso frente a él y le sacó la nariz.

—Mamá nos aguó la fiesta.

—Cuando volvamos podrán seguir jugando.

—¿Y tú de qué te disfrazarás?

—¿Yo? De princesa, obvio —le sonrió.

—¡Sí! —gritaron las niñas.

—Y a las princesas no le gustan los payasos.

—¿No? ¿Y qué le gustan? —cuestionó abrazándola por la cintura—, ¿los príncipes como yo? —La inclinó hacia abajo y la besó en los labios.

Los cuatrillizos se acercaron a ella para besarle las mejillas y la frente.

—Sí, los príncipes como tú le gustan —le respondió y la regresó para tenerla frente a él—, tú eres mi príncipe y te amo —se abrazó a su cuello cuando quedó en puntas de pie.

—Tu príncipe luchará por siempre con capa y espada por ti, te amo también, belleza.

Colin la besó con todo el amor que sentía por Autumn mientras que sus niños los abrazaban felices alrededor de sus piernas.

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¡Hola, acá les dejo la última parte del epílogo de la historia! Espero que hayan disfrutado de la historia así como yo disfruté haberla escrito. Muchas gracias como siempre por el apoyo, ya sea leyendo mis historias, comentándolas o dejándoles una estrellita. Lo aprecio un montón. Leo cada comentario y respondo relativamente tarde, pero contesto todos porque es lo menos que puedo hacer cuando ustedes dedican un puñadito de su tiempo para leer mis historias. ¡MUCHAS GRACIAS! 💜🦋🍁✨