La hermana de mi exnovio [En proceso]

67 - No hay vuelta atrás

ANA

—Hola, Eric —lo saluda Flor con un tono débil—. Gracias por venir.

Yo, por el contrario, me reservo la saliva para luego e ignoro la mirada rencorosa y degradante de la persona que una vez amé.

—Faltaría más, siempre es un gusto compartir el tiempo contigo... —¡Oh, Eric el Meloso! A ver si sigue tan empalagoso cuando afronte la noticia—. Aunque no esperaba encontrarte con ciertas compañías... —Esas meras palabras contienen un sinfín de insultos destinados a mí—. Selene va más contigo, pero es solo mi opinión.

—Ana es importante para mí y quiero que forme parte de esto. Tenemos que hablar...

—Supongo que estáis enrolladas —la interrumpe Eric—. Era cuestión de tiempo. Por mí no te preocupes, te puedes follar a mi ex tanto como gustes. —Detesto que se refiera a mí como un objeto en mis narices—. Si me has citado para contármelo, descuida, eso no cambiará nuestra amistad. Ella está muerta y enterrada para mí.

—No es por eso. —La expresión facial de Flor delata cuán destrozada está y el muy imbécil no lo percibe—. Tenemos que hablar de otra cosa.

—¡Oh! Ahora caigo. ¡Ja, ja! —Eric, mezclando entusiasmo y socarronería, acorta distancia con nosotras—. ¿Queréis que vayamos a mi casa para que estemos más cómodos? Nos divertiremos mucho.

—¡¿Eres idiota o qué?! —Su repugnante proposición provoca que estalle—. Déjala hablar.

—¡Vaya! Tan fiera como siempre. No me comas, leona, aunque eso siempre se te dio muy bien. —He de respirar hondo para no clavar la cara de Eric en el tronco de un árbol—. No me mires así, es la verdad. Además, seguro que es tu fantasía hacer un trío con tu ex y tu mejor amiga a la que te follas. Hay confianza entre Flor y yo, más fácil no lo puedes tener. Eso sí, que sepas que lo haría por mi buena amiga Flor, ya que tú... ¡Bah!

—Eric, por favor, no seas así —le ruega Flor, que debería tratarlo con más dureza, pero entiendo que flaquee debido a su estado emocional—. Lo que tenemos que hablar es serio.

—Vale, vale. —Eric levanta las manos—. Me habré precipitado, aunque no descarto esa posibilidad. Bien, tú dirás.

—Eric... —Flor titubea, por lo que tomo su mano para transmitirle seguridad—. Eric, estoy embarazada.

Por un pausado segundo, Eric se petrifica, pero pronto libera una estruendosa carcajada.

—¡¿En serio?! ¡Ja, ja, ja! ¡No me jodas, Flor! Pues... ¡Enhorabuena! —El muy cretino la abraza—. Alegra esa cara, mujer, y ponle más ánimo.

Furiosa, lo aparto de ella con un empujón.

—¡¿De qué coño vas?! No me puedo creer que seas tan estúpido.

—Oye, tranquila. Solo la estoy felicitando, no te la voy a robar. —Siento que se está riendo de nosotras, y eso me enerva hasta el punto de estar al borde de escupir lava por la boca—. Me parece muy valiente de su parte. ¿Os habéis puesto de acuerdo para ser madres o hay otra historia detrás?

Pobre Flor, se ha quedado estupefacta ante la reacción de Eric.

—Te tumbaría todos los dientes de una bofetada. Esto no es de risa, ¡joder! —le chillo, reprimiendo el impulso de manifestar mis palabras—. ¿Te crees que esto es un juego? ¿No eres capaz de darte cuenta de lo mal que está Flor? ¿Y tienes el descaro de burlarte de nosotras como si no valiéramos nada? Deja de hacerte el tonto y sé un poco más empático por una vez. ¡Madura, coño!

—¡Eh! Yo no tengo ninguna necesidad de consentirte que me grites como una loca —replica Eric, luciendo más serio—. No sé de qué coño me estás hablando y no me hace ninguna gracia que me amenaces ni que me acuses de los desvaríos que circulan por tu mente. Luego vas de ofendidita, pero eres una zorra y una loca, siempre lo has sido.