Cita con el diablo- prt II

816 92 53
                                    

No supe cuánto tiempo dormí, pero cuando desperté algo extraño sucedió,

Era Román, estaba actuado raro.

Si pudiera describir su actitud en este momento en una palabra seria.

Empalagoso.

No paraba de tocarme, se frotaba en mí, tomaba mis manos y me hacía tocarlo a él también, era como un gatito buscando mimos, si me movía con la intención de apartarme o levantarme de su regazo, me apretaba a su cuerpo con fuerza, me rodeaba con sus grandes brazos impidiendome moverme un solo centímetro.

-No te voy a dejar escapar-

Cuando alguna de las azafatas se acerca a nosotros se ponía tenso y agresivo, soltaba feromonas de advertencia.

"Si te acercas te mato"

Las horas pasaban, dormí un par de siestas, pero Román cada vez se ponía más empalagoso, llegó a un punto insoportable, si miraba cualquier otra cosa que no fuera él, se molestaba, empezaba a llamar mi atención gruñendo o golpeando el suelo con su zapato, para que solo lo mirara a él.
No entendía por qué se estaba comportando así, no es que no me gustará la atención pero era algo extraño.

Lo desconocido me daba miedo.

-Cuando fue tu último celo?- se me ocurrió preguntar, su mano estaba tomando la mía la llevo a su nariz y olió.
No sabía mucho sobre la biología de los Alfas pero tenía entendido que cuando su celo se acercaba se volvían muy territoriales y posesivos, por momentos su raciocinio se iba y solo querían estar con su Omega, se volvían como niños pequeños buscando amor, era una clase de cortejo, se comportaban de una manera dulce para preparar al Omega para el infierno que seguiría después.

pero a la primera que alguien interfería y rompía la burbuja en la que el Alfa se encontraba, se volvía un animal salvaje, todo lo percibían como una amenaza para su Omega y no dudaban en sacar los dientes para proteger lo suyo.
-Nunca he tenido un celo- eso me sorprendió.
-Jamás? - negó con la cabeza, me empecé a poner nervioso, eso era un problema, un problema muy serio, no era normal que no tuviera celos, y al parecer estaba presentado las primeras señales antes de experimentarlo, iba a ser su primer celo.

Y yo su primer Omega.

Empecé a morder la piel de mis labios por los nervios, los Alfas eran bestias en el celo, y si Román jamás había experimentado uno en su vida, iba a ser terrible para mí me iba a destrozar, en ese momento Román no estaría consiente, solo serían sus instintos salvajes los que llevarían el control de su cuerpo, y yo estaría indefenso, me iba a cazar, a él le gustaba mucho hacerme sangrar cuando teníamos intimidad pero paraba en el momento justo antes de superar el límite, y cuando perdiera la razón y fuera controlado por su sed de sangre, y su único objetivo fuera saciar su ardiente lujuria con mi cuerpo.

Me iba a violar y después asesinar.

-Se lo que piensas, y no lo haré- su voz me trajo devuelta a la realidad, lo mire, sus pupilas estaban muy dilatadas parecía drogado.
-No puedes saber lo que estoy pensando- me defendí.
-Lo veo en tu rostro, tienes miedo de pasar el celo conmigo- llevo mi mano a su mejilla y recargo su cabeza en ella, su cabello estaba despeinado.
-No tienes de que preocuparte, mandé hacer una celda especial en los sótanos de la mansión, ahí pasaré mi celo, no podré salir hasta que acabe-
-Jamás te tocaría, no de esa forma corderito- era impresionante la forma en que Román sabía exactamente lo que me preocupaba y la forma en que resolvía el problema.

La ansiedad del inicio y el miedo desaparecieron.

-Por qué? - pregunté sin aliento, no entendía por qué el haría algo como eso por mí.
-Ya te lo dije, no quiero nada que tú no quieras darme, - beso mi mano, su mirada era muy profunda, me hacía sentir cosas extrañas, me hacía sentir algo que jamás había experimentado.
-nosotros vamos a hacer el amor, no vamos a fornicar como bestias, como hacen los demás... Porque nosotros no somos como el resto, nosotros somos especiales, somos mejores- beso mi frente, fue una caricia cálida y reconfortante, me acurruque en sus brazos.

Con Sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora