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Amaneció y Rin se preparó para su entrevista de trabajo, se duchó y se vistió lo más profesional que pudo, su abuela le decía cuando niña que siempre debía mostrar su mejor apariencia para el trabajo, así como sus mejores modales, su madre le decía que debía ser así siempre y con todos.

Recordarlas le dió nostalgia, hace unos años su abuela había enfermado y su mamá cuidándola se había contagiado, aquella enfermedad causó la muerte de ambas con una semana de diferencia, luego de eso dejó de hablar con la gente, las palabras no le salían si no era para lo justo, su vida se volvió muy silenciosa, solitaria, triste, pero algo le decía que ya no sería así.

Al llegar a la compañía respiró profundo y entró, la recepción era enorme, con áreas verdes que estilizaban el lugar y contrastaban con los candelabros que parecían gotas de lluvia en el techo.

Ante su letargo alguien tropezó con ella casi haciéndola caer, al recuperar el equilibrio se volteó y vió a un hombre de traje y cabello platinado, su dorada mirada seria un tanto agresiva la cohibió un poco pero igual le hizo una reverencia para disculparse, después de todo había sido su culpa, ante esto él siguió su camino, era realmente un hombre realmente atractivo, tal vez el más atractivo que se cruzaba en su vida.

Siguió su camino y en recepción le indicaron a donde debía ir. Al subir la esperaba una mujer pelirroja que la guió al lugar referido, allí la atendió una mujer de mirada rasgada y de un color rojo curioso, esta la miró como quien mira a una cucaracha pero igual le dió el pase a una oficina aún mayor donde un hombre alto y de cabello negro ondulado estaba de pie junto al ventanal tras el escritorio.

—Naraku, tu cita de las 8am ya está aquí—él las miró y luego a su reloj.

—Aun faltan 20minutos.

—Mejor, así terminan antes—él asiente y se sienta tomando la carpeta frente a él.

—Toma asiento—Rin obedeció y la otra mujer salió, él la miró con atención esperando por si ella tenía que decir algo antes, al no obtener lo que esperaba prosiguió, miró los papeles, ella se veía menor que lo que decía allí, también se veía temerosa—Señorita Takeda, he llamado a su anterior empleador y me hablaron bien de su trabajo pero no muy bien de sus relaciones sociales, dicen que no es buena trabajando en equipo—ella asiente bajando la mirada—tal vez es que no ha encontrado el equipo adecuado ¿Tiene algo para mí?—extiende su mano y ella le entrega una carpeta con sus trabajos personales. Apenas sus dedos se tocaron ella retiró su mano como si un corrientazo la hubiera atravesado—No tienes xq temerme—le sonrió, le parecía una gacela asustada. Miró el trabajo de la chica con atención y cerró la carpeta—¿Sabes seguir órdenes?—ella asintió—Bueno, tu falta de comunicación puede ser de provecho con él—dice meditando sus opciones—Sí, ya sé que hacer contigo—sonríe y toma el teléfono para realizar una llamada—Kagura, dile a Taisho que venga acá—cuelga y mira a la chica—Oh, lo siento, te estoy contratando—dice al verla desconcertada, ella sonrió y antes de poder decir algo se abrió la puerta dando paso a aquel hombre de cabello platinado, este miró a Rin y luego a Naraku.

—¿Me llamaste?

—Sí, te presento a la señorita Rin Takeda, trabajarás con ella.

—¿Con ella? ¿Podrías explicarte?

—Sí, eres mi jefe de departamento y como nuestra estimada Rin ¿Puedo llamarte Rin? Apenas está llegando…—continuó sin esperar respuesta—me gustara la capacitaras y la hicieras sentir cómoda.

—Puede capacitarla otro.

—Su expediente psicológico dice que tiene problemas de comunicación pero es la mejor siguiendo órdenes, hará lo que le pidas sin chistar y te dará tu espacio, también tiene problemas para relacionarse con otros—Sesshomaru la ve nuevamente, ella tenía la mirada baja mientras jugaba con sus dedos, parecía absorta a todo lo que decían.

—Si no funciona te lo diré.

—Eso espero—sonríe Naraku triunfante—Rin, bienvenida y espero podamos superar esas barreras, tienes mucho talento. Sesshomaru, asígnale uno de los escritorios vacíos cerca tuyo.

—Andando—Sesshomaru sale y ella se pone de pié rápidamente, le hace una reverencia a Naraku y sale.

Ya el peliplata iba lejos. Un paso de él fácilmente podían ser dos de ella y a su velocidad hasta cuatro, tuvo que correr un poco para alcanzarlo y luego frenar de golpe para no chocar con él cuando se detuvo.

—Este será tu escritorio, el mío es aquél—señaló uno un poco más allá, más centrado—sigue llegando a esta hora pero sin tropezarte conmigo—ella asintió apenada, desde que lo vió entrar a la oficina rogaba a los dioses que no la recordara aunque aquel incidente tenía poco de ocurrir. Sesshomaru la detalló,era baja y joven, su cabello oscuro aunque peinado lo tenía un poco alborotado debido a su abundancia, ojos expresivos pero tímidos a la vez, tenía buena presencia, curiosamente le parecía bonita—estoy trabajando en un proyecto para un hotel, deja tus cosas y sígueme—dijo alejando aquellos pensamientos. Ella dejó su cartera en la silla pero antes de seguirlo tomó un cuaderno y un lápiz—deja eso—ella hizo señas de que tomaría notas así que él no se opuso.

Cuando se hizo la hora de entrada todos se sorprendieron de ver a Sesshomaru con una mujer, él solía estar siempre solo y no permitía que le coquetearan, incluso solía ser tosco en su trato.

—¡Buenos días Sesshomaru!—se le acercó una mujer rubia esperanzada de recibir un trato diferente a lo habitual pero en respuesta obtuvo su más gélida mirada.

—A trabajar, es tarde—ella se apartó temerosa, más que temerosa; aterrada y él miró a Rin quien lo veía con curiosidad pero no dijo nada—continúa en tu escritorio, luego me muestras lo que tengas—ella hace una reverencia y se va.

Sesshomaru la miró alejarse , curiosamente su presencia no le molestaba y trabajaba cómodamente a su lado, debía ser xq ella no intentaba coquetearle, xq ella no buscaba nada de él como otros más que aprender para hacer bien su trabajo. Ella era diferente.

🌺🌺🌺❤️🌺🌺🌺

Próximo capítulo el jueves.

Gracias a todos por su apoyo en esta nueva historia, bienvenidos nuevos lectores 🥰

Los leo.

Sólo MíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora