ANA
Estoy más agotada mentalmente en las circunstancias actuales que afrontando mi ajetreada rutina diaria. Debí tomarme un par de días libres en el instituto para descansar. Daría lo que fuera por dormir unas horas extras, reiniciar mi cerebro y despertar en una nueva realidad donde todo haya vuelto a la normalidad. Por desgracia, no será así, y no puedo flaquear ahora porque se avecinan los exámenes del trimestre y, por encima de todo, Flor me necesita más que nunca.
—¡Víctor! —le voceo a mi amigo, que atraviesa el pasillo de la última planta del instituto para ir a la primera clase de la jornada, y se voltea parcialmente.
—Fénix del averno, dichosos los ojos que contemplan tu llameante vuelo matinal como un augurio de paz y bondad —me saluda el elocuente Víctor, sosteniendo media sonrisa.
—Ya quisiera yo ser el símbolo de un buen presagio. Lo normal es que la gente me vea y huya para evitar el peligro. ¿Cómo sigues?
Al frotar su espalda, él me muestra el lado oculto de su rostro, revelando la inflamación que tiene sobre el pómulo como si una patata le estuviera creciendo bajo la piel.
—Impresionante, ¿verdad? Tus bofetadas eran complacientes. Tras la repentina e intensa quemazón que grababa la palma de tu mano en mi ser como un hierro candente, quedaba un rastro de ardor y entumecimiento con un sabor placentero que me hacía desear más azotes —dice Víctor con cierto humor, exhibiendo una mueca de dolor al sonreír—. Aunque esto comparta síntomas similares como el incómodo estremecimiento que me castiga media cara, de placentero no tiene nada. No soy dado a la violencia y nunca me habían golpeado con tanto salvajismo. El puño de Eric me pareció el martillo de Thor al machacarme la cara como si fuera una nuez. Ni siquiera puedo ajustarme las gafas sin que me torture a mí mismo. Tengo algunas fisuras, pero nada grave. Recuperaré mi hermosura dentro de unos días, aunque es desagradable lidiar con un ojo casi cegado.
—Joder... —Lo abrazo por un instante—. Siento que todo esto te haya perjudicado.
—Soy yo quien lo siente por no haber estado a la altura para ayudaros. Un caballero con escudo de papel y espada de pluma tenía pocas opciones en el campo de batalla —bromea Víctor y se queja al reír—. ¿Tú estás bien? —Me acaricia el hombro amistosamente.
—El rasguño en la frente no se compara a lo tuyo, aunque sé lo que se siente porque Aiko me dejó como un mapache una vez. —Lo cierto es que yo pude haber aplicado lo que aprendí de Aiko para someter a Eric, pero no me vi capaz cuando la situación lo requería—. Me preocupaba más lo de la conmoción. Los médicos sí que saben meter el miedo en el cuerpo. Pero no he experimentado ninguno de los síntomas que me dijeron.
—El fénix de acero. Me alegra que todo quedara en un rasguño. Por cierto, McCarthy, después de verme, me pidió la cabeza del culpable en bandeja para ir a por él.
—¿Vais a denunciar a Eric? —pregunto con sumo interés.
—Laura me suplicó para que no lo hiciera. La entiendo, es su hermano a pesar de todo. Hablé con la directora y le expliqué mis motivos para no hacerlo. No por Laura en sí, sino por el propio Eric. Siento pena por él, Ana —expresa Víctor, denotando una gran empatía—. Creo que ya tiene suficiente castigo con el dolor que está afrontando por el hijo que no tendrá. Por suerte, su arrebato emocional no llegó a más. Yo no quiero formar parte del tormento que lo siga hundiendo en la miseria. Espero que encuentre la paz y la luz que lo guíen de vuelta al camino de la persona que una vez fue.
—Te entiendo. Eres muy bueno, Víctor. —Admiro su gestión del rencor.
—No todas las almas que portamos una herida profunda en nuestro interior estamos corrompidas. —Alguien como él, que ha sufrido muchísimo, sabe de lo que habla, pero me gustaría saber en qué punto unas almas heridas se corrompen y otras se vuelven un sol—. Bueno, me voy para la clase. Ya nos pondremos al día con los encargos pendientes.
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La hermana de mi exnovio [En proceso]
Teen FictionLa experiencia me enseñó que las vidas perfectas no existen, pero la mía con Laura me hacía feliz. Sin embargo, nuestra vida de ensueño se convirtió en pesadilla cuando ELLA apareció... *©2021 Luis E. Bermúdez* *Todos los derechos reservados* *No au...