Tan Solo Amantes XLVIX

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Javiera esperaba ansiosa alguna noticia de Flavia.

Ya de era de noche cuando escucho el carro estacionarse.

Decidió esperar a que ella entrará por su cuenta, al parecer había visto su mensaje para encontrarse donde siempre.

La vio cruzar la puerta, se veía molesta, cansada.

-Hola. -dijo sin más.

-¿Por qué vernos aquí?

-Es un lugar neutro y nuestro, imagine que lo necesitarías. ¿Me equivoque? -sonrio.

-No lo hiciste. -sonrió dejando las cosas sobre el sofá. -Traje comida.

-Genial. -se acerco a ella y la beso con suavidad.

-Necesitaba esto. -susurró.

Javiera se sorprendió un poco ante sus palabras, no las había oído antes.

-¿Quieres darte una ducha? Puedo ir poniendo la mesa.

-No quiero volver a casa, Laurita llamo a la Miri y le dije que fuera, no pude hablar aun con ella.

-Entiendo, bien ve a ducharte, para cuando regreses la comida estara servida. -sonrió.

La pelirroja fue al cuarto, tomo lo necesario y entró al baño.

Se dio una ducha de agua caliente y salió, sonrió ante el detalle de encontrar su pijama encima de la cama.

...

-¿Quieres hablar? -pregunto la inspectora cuando estuvieron ya en la mesa.

-No hay mucho que decir, no puedo impedir que Dante conviva con Miranda.

-¿Qué crees que diga Miranda?

-Tal vez se oponga o no lo sé, es su padre a pesar de todo. -admitió.

-¿Pero por qué una demanda? No entiendo.

-Yo no le he permitido que se acerque a ella, no me agrada la idea pero no deja de ser su papá, los errores que cometió conmigo fueron como pareja, como papá es bueno. -alzó sus hombros.

-No coincido mucho ahí contigo pero ¿que vas a hacer?

-Hablar con Miranda, ponernos de acuerdo para que las cosas fluyan lo más relajadas y tranquilas, no quiero que mi hija quede en medio de todo.

-Ay Flavia. Haces bien en no interferir como tal, Miranda no es una cabrá que va a quedarse callada ante nada ni nadie, por eso lado tienes que tener tranquilidad.

-Lo sé. -sonrió. -¿Qué te parece la comida?

-Sabes que amo la comida china. -rió. -Haces trampa.

-También traje cosas para el desayuno. Nunca hemos hecho compra para tal aquí.

-No soy buena en eso. -admito la inspectora.

-Dame dinero y yo la hago. -sonrió.

-Vea pues. ¿Segura? -sonrio.

-Bien, te lo daré mañana.

-¿Puedes quedarte o...?

-No le debo explicaciones a nadie. -le robo un beso.

-Cierto. -rió.

...

Ya en la cama, Flavia volteo a verla y la encontró observándola.

-Vas a ojearme. -rió.

-Tu culpa. -sonrió.

-¿No te cansas de mi?

-No, debo admitir que cuando te pones en modo mierdita me desesperas un poco pero lo entiendo, es porque estas molesta o hay algo que esta chuzando.

-Soy complicada pero buena gente. -rió.

-No lo dudo, aunque a veces das un poquito de miedo.

-Llorona. -sonrió.

-¿Puedo decirte algo? Solo escúchame, no necesito que digas nada.

-No puedo casarme, ya lo estoy. -bromeo.

-Ponte sería. -rió.

-Bien, ya. Dime. -se acomodo para escucharla atentamente.

-Yo se que debo acostumbrarme a esta nueva Flavia, a la que si algo le lastima o le duele no te lo dirá, a que has creado tu coraza por precaución, a que ya no peleas si algo te molesta, solo lo tomas como tal y ya, que pase lo siguiente. Pero aun así, no puedo obviar que eres una persona increíble, con un corazón de oro, que lo estás haciendo bien. -sonrió.

-Javiera. -dijo mordiendose los labios.

-Llora si quieres hacerlo.

-Llorar es de débiles, si lloro frente a alguien, ese alguien sabrá donde es que me duele. -limpio sus lágrimas. -Gracias por tus palabras, no estoy acostumbra a oírlas, no forman parte de mi rutina. -sonrió.

-Acostúmbrate.

-Prefiero que no. -sonrió. -Ya intente hacerlo un vez y no salió muy bien. -rió.

Haciendo referencia a la primera vez entre ambas.

-¿Por qué no dejas de hablar y me haces el amor?

Se subió encima de ella subiendo la parte baja de su vestido.

-¿No vas a decirme nada más?

-¿Qué quieres que te diga?

-No se, algo más ante todo lo que dije.

-Eres muy cursi. -sonrió.

-Tú lo eras.

-Y de nada sirvió Javiera, dime una sola cosa que me saliera bien por ser tierna, atenta, amorosa contigo. ¿No fuiste tu la que llegaste un día a mi casa llorando? Tenia miles de cosas encima y aún así me las quise dar de salvadora y ve como acabe. No entiendo que quieres de mi, tú te ocupaste de quitarme las ganas de ser "linda" contigo, ahora que soy así parece que es cuando más te enculas y buscas obtener algo de mi que no vas a tener. Cuando lo tuviste no lo aprovechaste, no te quejes ahora.

La inspectora solo la observo. ¿Qué podía responder a eso?

CAPÍTULOS UNICOS // LA VIDA DESPUÉS DE CASADASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora