70 - Lazos rotos

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LAURA

*Contenido exclusivo de la versión editada*

***

ANA

Estoy feliz porque Flor ha vuelto a entrenar. Nuestras amigas dicen que ella no está en su mejor momento, que parece una novata carente de entusiasmo. Aquel vigor que irradiaba cuando gritaba un "¡Vamos!" o la convicción que transmitía al empoderar al equipo con un "¡Somos las mejores, somos las campeonas!", o incluso algo tan simple como animar a las chicas a diario con un "Lo estáis haciendo muy bien", todo eso se ha reducido a palabras vacías que Flor repite por costumbre, pero sin su esencia, sin su energía, nada más allá de un tono débil y moribundo. De todas formas, lo importante es que esté avanzando paso a paso y que ya haga algo más que recoger pelotas. Quiero aferrarme a que renacerá como la bella flor que es.

Sin embargo, quien ha desaparecido de nuevo es Laura. Hace como dos días que no viene al instituto y que no da señales de vida. Sospecho que tuvo una recaída, que el resfriado le ganó la batalla por segunda vez, pero lo extraño es que tampoco he visto a Aiko por los pasillos. ¿Ambas se habrán enfermado? Juzgándolas por su apariencia, las dos parecen más delicadas que una mariposa, así que no me sorprendería que esa fuera la razón. Pensé en enviarles un mensaje por si necesitaban algo, ya que están solas, pero luego caí en que podrían malinterpretar mis buenas intenciones. Por eso, he optado por acercarme a sus amigas para indagar sobre su ausencia.

—Dios... ¡Ahí viene! ¡Ahí viene! ¡Qué guapa es! —expresa Paula por lo bajo. ¿Creyó que no la escucharía? Si sus brinquitos nerviosos ya la delatan.

—Buenos días, chicas —saludo a Aura, Paula y la otra chica, cuyo nombre no recuerdo, en el vestíbulo del instituto antes de que suene el timbre del inicio de la jornada.

—¡Hola! ¡Cuánto tiempo! ¿Cómo estás? —Paula toma la iniciativa, regalándome una sonrisa radiante.

—¡Ejem!, pisa el freno —le advierte Aura y me muestra los dientes, mientras que la otra chica se limita a sonreír—. Ana, ¡tan kawaii como siempre! No hemos hablado mucho últimamente, pero las frikis siempre te echamos de menos. Ojalá todas tuviéramos tu temple, pero no todas podemos ser superheroínas. Al menos, siempre nos queda el papel de asistir a las heroínas de las historias cuando nos necesitan. Si has venido a saludarnos, no es por una visita de cortesía, ¿verdad?

—¡Qué perspicaz! Lo siento. Sonará a excusa, pero llevo una vida muy ajetreada. Me habría gustado que vinieras a mi cumpleaños, pero sé que no estabas en condiciones. Imagino que llevas mejor lo de...

—Perdón —me interrumpe Paula—, aquí no perdemos el tiempo hablando de la Miau. —Así apodan a Claudia aún desde lo de Halloween—. Es una innombrable como el Señor Oscuro.

—¿El Señor Oscuro? —cuestiono, desconcertada.

—Voldemort, el villano de Harry Potter. ¿No sabes quién es? ¡¿No has leído ni visto la saga?! —pronuncia Paula con un exagerado alarmismo.

—Ah, ya, ya... —Había olvidado que estoy entre frikis y que les encanta citar referencias de su mundillo.

—Estás muy desactualizada. Si quieres, podemos ver la saga juntas y te pongo al día —me propone Paula, destilando puro entusiasmo, hasta que comienza a titubear—. La he visto como cien veces, pero... contigo... sería como... ¡je! Bueno, eso, que podríamos verla juntas...

—Dios, ayúdala... —murmura la otra chica, que se cubre la cara con una mano y niega con la cabeza.

—Gracias, Paula, pero ya la he visto. —Y más de una vez por petición de Laura.

La hermana de mi exnovio [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora