Ahí estaré para ti, cuando la lluvia comienza a caer
Ahí estaré para ti, como he estado allí antes
Ahí estaré para ti, porque tú también estás ahí para mí
Sara estaba sentada frente al tocador, sola en aquella habitacion que una vez llamo hogar en casa de Matias.
Mirandose al espejo dio un largo suspiro, su maquillaje estaba listo y su cabello se encontraba peinado, solamente quedaba colocarse el vestido que estaba colgado detras de ella y que admiraba atravez del espejo.
—¿Puedo pasar? —se escucho decir a Caro mientras abrio levemente la puerta.
—Adelante —contesto la chica.
—¿Porque aun no te vistes? Llegaremos tarde.
—Lo se, estaba distraida. —el silencio se hizo presente y luego Sara comenzo a sollozar.
—Ey ey, no llores que vas a correr tu maquillaje linda —dijo Caro mientras limpiaba suavemente las pequeñas lagrimas que se asomaban.
—Quisiera que estuviese aqui.
—Lo se cielo —Caro la abrazo —yo tambien.
Sara y Caro habia formado una amistad fuerte durante aquellos meses, llegandose a querer como hermanas.
—Escucha —dijo Caro mirando a su amiga —no le hubiera gustado que estuvieramos llorando aqui, asi que vamos a ponerte ese vestido y vamos que te cases, ¿okay?.
—Okay.
—Vamos, te ayudo.
Juntas, Sara se coloco su vestido blanco y liso, perfectamente limpio y arreglado.
—Creo que ya esta... —Caro se levanto y miro a su amiga —Dios santo Sara.
—¿Que? No me digas que esta sucio, si lo saque varias veces de la bolsa para verlo pero prometo que... ¿De que te ries?
—De nada, simplemente te ves divina.
—Ay Caro me vas a hacer llorar.
Ambas amigas rieron y Sara se tomo una foto en el espejo antes de salir de la habitacion.
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Luego de un trayecto en auto de veinte minutos, ambas chicas arrivaron a la pequeña iglesia donde seria la ceremonia.
—Espera aqui, Juani y Matias querian verte antes de entrar. —dijo Caro saliendo del auto.
Cara llevaba puesto un lindo vestido color lila de satin, vastante suleto pero perfecto para su figura.
Sara se moria de los nervios, no sabia como reaccionarian todos al verla y en especial Enzo de quien no habia tenido noticias desde la noche anterior.
Los golpes en el vidrio la sacaron de su ensoñacion y vio a su amiga haciendole señas para que salieran.
Afuera del auto la esperaban su hermano y su mejor amigo quienes al verla simplemente se asombraron mientras que a Matias se le aguadaban los ojos.
