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—¿No te molesta que nade contigo? —preguntó.

—No, pero sí sería incómodo. Además, tu novio está aquí, mis padres y Seokmin...

—Solo es nadar, tranquilo, no pasará nada.

Ambos entramos al agua; esta se encontraba impresionantemente cálida. Comencé a nadar. Hace tanto que no lo hacía que me sentía libre. Pero esa libertad se acabó al sentir dos brazos acorralándome. Después de eso, sentí su respiración en mi oído y su pecho palpitar en mi espalda.

—¿Qué estás haciendo? —reí un poco.

—Dame un beso.

—No.

—Anda, solo uno.

—No, Jeonghan, pueden mirarnos.

Él volteó hacia los lados en busca de alguien, pero no; al parecer todos estaban dentro de la casa.

—No hay nadie que nos vea.

—Solo uno —advertí y le di un beso rápido en los labios. Luego nadé hasta la orilla, me envolví en mi toalla y, antes de que Jeonghan llegara a mí, entré a la casa.

Me metí a bañar y salí para arreglarme. Al parecer todos estaban abajo esperando la cena.

Debo admitir que el beso rápido que le di se sintió tan prohibido, con todo ese miedo que implica pensar que alguien nos vio.

—¿Ya decidieron cómo dormir? —preguntó Yeji.

—Nosotros ya; como Jeonghan no estaba, a él le toca dormir en el suelo —dijo Hyungwon y yo reí.

—Nosotros quedamos así: Eunchae y yo en la cama y Joshua en el suelo —comentó mi amigo.

—Mañana saldremos todos temprano de caza —dijo Junseo emocionado.

—Así es.

Mi madre llegó con la cena, que en minutos fue devorada. Debo admitir que tenía demasiada hambre.

(...)

No podía dormir; en realidad el suelo se me hacía muy incómodo. Me levanté con mucho cuidado y sin hacer ruido para no despertar a los demás, salí de la habitación. En el fondo sabía y tenía la esperanza de que el último cuarto no estuviera "ocupado" para poder dormir pacíficamente allí. Al salir del cuarto pude fijarme en que Jeonghan se encontraba en la cocina, tal vez con problemas de insomnio como los míos.

—Hola —dije, y él se volteó un poco asustado.

—¡Me asustaste! —exclamó, llevándose la mano al corazón.

—Perdón. —Guardé silencio—. ¿Qué haces?

—Vine por un poco de leche; dicen que ayuda a dormir. ¿Y tú?

—La verdad, el suelo es demasiado incómodo.

—Te comprendo.

Hice una pausa y pensé aún más en lo que quería decirle a Jeonghan. Todo el día, o la mayoría de él, me había pasado pensando en: ¿dónde quedo yo? O sea, ¿quién soy? Tal vez lo que hago es rebajarme, y lo sé, pero con él tan cerca no puedo resistirme.

—¿Qué somos? —pregunté; la pregunta salió sola—. Es decir... Tienes novio. Ayer, bueno, ya sabes qué ocurrió ayer, y hoy el beso... estoy algo confundido. ¿Qué somos? ¿Quién soy?

—No lo sé...

Ahí estaba mi respuesta. ¿Era eso realmente lo que quería escuchar? ¡Exacto!, no, no era eso. Pero antes de que pudiera reclamarle, él habló.

—Lo único que sé es que cuando estoy cerca de ti pierdo el juicio. Tú me vuelves completamente loco y me haces soñar. Me encanta tu olor, tu tacto; y aunque tal vez no lo creas, con toda sinceridad, nunca te olvidé. Aunque solo estuvimos un mes, te agarré tanto cariño... En serio me dolió que te fueras. ¿Qué somos? Lo que quieras que seamos. Puedo dejarlo todo; solo tienes que pedírmelo. Pero... para ti, ¿qué somos?

—Para mí... siento que me utilizas —y tal vez mentí.

En realidad, no era eso lo que sentía. Lo que en realidad sentía era...

Matrimonio Forzado | JihanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora