75 - Venganza y consuelo

2.4K 296 138
                                    

LAURA

*Contenido exclusivo de la versión editada*

***

ANA

¿Cuál fue mi premio por rasparme los nudillos en la mandíbula de cocodrilo de Marta? Una reprimenda por parte de la directora y la expulsión del instituto hasta los exámenes por consideración de la señora McCarthy. Este ha sido el último y definitivo aviso sobre mi conducta violenta. La directora no dará la cara por mí una próxima vez, me lo dejó bien claro, y no porque haya perdido la fe en mí, sino porque ya soy mayor de edad y, debido a mi historial conflictivo, no podrá justificar más mis actos impulsivos, actos que suponen un riesgo para los alumnos menores de edad. La próxima vez que le alce la mano a alguien terminaré en la calle.

Hasta cierto punto, no le di mucha importancia porque, en el peor de los casos, puedo matricularme en otro instituto para completar el bachillerato. Sin embargo, no pude mantener el pico cerrado cuando supe que Marta no sufriría consecuencias mayores por su fechoría, nada más allá de una expulsión como la mía. Según la directora, Laura debería denunciarla y está en su derecho de hacerlo porque, aunque carezca de pruebas que demuestren sus acusaciones más serias, se ha cometido una violación a la intimidad y se ha difundido contenido no consentido que atenta contra la dignidad de la persona. La señora McCarthy no fue más contundente con Marta para evitar que esta me denunciara a mí, pero, con el fin de tranquilizarme, me aseguró que velaría por su ojito derecho Laura.

Dado que Laura se marchó con Aiko después del enfrentamiento con Marta y su estabilidad emocional está por el suelo, he decidido llamarla para saber cómo se encuentra y evitar que recaiga en el oscuro abismo que la atormentó durante tanto tiempo.

—¿Sí? —me responde Laura, cuya voz sigue sonando frágil y llorosa.

—Te iba a preguntar que cómo estás, pero es una pregunta tonta. Aun así, quiero saber si te has calmado un poco y si estás tranquila en la casa.

—Gracias por preocuparte, Ana. No te voy a mentir, estoy muy afectada porque estoy casi segura de que me hicieron algo más que esa estúpida broma, pero no puedo demostrarlo. Cuando creía que no me podría pasar algo peor en la vida, me pasa esto. Así de desgraciada soy. —El lamento de Laura me quiebra y aprieto el puño como signo de impotencia—. Me siento rara, como si hubiera perdido el dominio de mi cuerpo y mi ser.

—Lo siento mucho, Laurita. Le habría sacado la confesión a Marta a golpes si hubiera sido necesario. Lo que te hicieron es horrible e inhumano. ¿Necesitas algo? Si hay algo que pueda hacer por ti, dímelo.

—No te preocupes. Lo único que quiero es que te alejes de ella y que no hagas nada. No podría soportar que te metieras en líos por mí. Solo les traigo problemas a las personas que quiero y no deseo eso para ti.

—Demasiado tarde, ya me expulsaron unos días del insti. A Marta también, pero lo que hizo no puede quedar impune. Sé que esto no acabará aquí y, antes de que todo vaya a peor, mi consejo es que la denuncies legalmente. La directora McCarthy te apoyará y te asesorará en todo. —Tumbada en mi cama, suspiro con la esperanza de que Laura me escuche por encima de Aiko—. Mira, estoy furiosa y aún ansío patear a Marta hasta que vomite las tripas, pero eso no está bien como tampoco estará bien lo que quiera hacer Aiko. Me preocupa que vuelvas a desconfiar de las personas y que tomes decisiones que te vuelvan a convertir en la chica vengativa que eras antes. Por favor, sigue el camino correcto. A pesar de lo que pasó entre nosotras, sigues siendo una niña adorable con buenos sentimientos. No dejes que personas como Marta te arrebaten tu esencia otra vez. Otras personas te valoramos y te queremos tal y como eres, y eso es lo que debes tener presente.

—Ani... —solloza Laurita—. Eres tan linda. No te preocupes, mi odio no me consumirá como antes. Tengo muy claro quiénes son mis amigos y quiénes no. La diferencia es que ya no volveré a cegarme ni a reprimir la parte de mí que siempre me ha ayudado a sobrevivir. Marta recibirá su castigo, es todo lo que puedo decirte.

—Joder... Me apena que estés atravesando esta experiencia tan cruda. ¿Estás con Aiko?

—No te preocupes, Ani. Tu apoyo emocional es más que suficiente para mí, siempre ha sido así. Aiko está en la cocina preparándome algo para comer, aunque no tengo apetito. Ella también está muy afectada. Debí escucharos a las dos...

—No es tu culpa que Marta y su manada de homofóbicas sean unas degeneradas. Recuerda que cuentas conmigo y con todas tus amistades para superar esto.

—Moon, la comida está lista. —Oigo el aviso de Aiko en el fondo.

—Vale, mi amor —le contesta Laura—. Ana, tengo que colgar. Consideraré lo de la denuncia. Gracias por estar pendiente de mí y por defenderme. Siempre serás un sol para todos, especialmente para mí.

—Haz un esfuerzo y come para que te mantengas fuerte. Como no podré ir al insti y no podré verte, te escribiré de vez en cuándo, pero también puedes llamarme cuando quieras, ¿vale? Superaremos esto como superamos todo lo demás, ya verás.

—Vale, Ani... Te quiero... —expresa Laurita con inocencia y cuelga.

Me siento impotente al no poder hacer mucho más por Laura. Preferiría guardarle rencor y sufrir como cuando me rompió el corazón a que ella acumule otra desgracia de este calibre en su vida. A pesar de todo lo que lloré por ella, solo quiero que sea feliz.

***

LAURA

*Contenido exclusivo de la versión editada*

La hermana de mi exnovio [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora