Capítulo 06

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Habían pasado dos semanas desde que se adentró en ese mundo. Sus días consistían básicamente en lo mismo: acompañar a Jimin a donde fuera y seguir sus órdenes. Sin embargo, cada día traía consigo un suceso distinto, por lo que no podía decir que tenía una rutina establecida. Los pintorescos personajes que desfilaban ante él se encargaban de mantener las cosas interesantes. No podía esperar menos, pues estaba lejos de un "ambiente laboral" común y tranquilo. Afortunadamente ningún incidente había llegado a algo más que unos golpes que, por suerte, no había recibido ni dado el pelinegro. Yoongi simplemente se encargaba de desenterrar y contar fajos de billetes; casi no interactuaba con las personas que entregaban el dinero, pero siempre tenían la misma reacción cuando lo veían por primera vez a lado del rubio. Como si hubieran visto un fantasma. Miradas de miedo y confusión. El azabache no lograba entender, él era quien debía sentirse de esa forma.

Al terminar el día siempre iban a aquel lugar subterráneo a entregar el dinero para que los contadores hicieran su trabajo. Un joven delgado, con lentes y un aspecto más intelectual, parecía estar fuera de lugar mientras manipulaba su laptop y registraba las transacciones. A su lado se encontraba una chica con ropa de oficina, pelo lacio teñido de castaño claro y bien peinado, quien revisaba documentos meticulosamente. Ellos le agradaban porque casi no hablaban ni se inmutaban por su presencia.

Así culminó otro día.

Al llegar a la mesa donde estaban contando el dinero Jimin colocó el maletín marrón de siempre.

—Lo de esta semana de Seocho-gu —dijo el rubio.

—¿Cuánto es? —preguntó el más alto mientras abría la maleta.

27 millones de wones.

El muchacho rió divertido mientras aplaudía al escuchar la cifra.

—Como era de esperarse. Por algo eres capitán, Jimin —levantó su puño en el aire esperando que el rubio chocara el suyo contra este. Así lo hizo, acompañado de una ligera sonrisa—. ¡Oh, Yoongi! ¿Cómo vas acostumbrándote al trabajo? ¿Ya le diste una golpiza a alguien?

—No y honestamente, espero no tener que hacerlo...

—¿Por qué no? Me han dicho que peleas bien —tocó el brazo del pelinegro con su codo de forma juguetona.

—Eso no es verdad —respondió de inmediato—. No sé por qué dicen eso —murmuró, apretando sus puños.

—Ya déjalo en paz, Chanyeol.

Otra voz más gruesa se hizo presente, haciendo que los tres dirijan su mirada hacia atrás para ver de donde provenía. Un muchacho de tez bronceada con cabello rojo cereza y gabardina de cuero, se acercaba a ellos con una sonrisa. En las dos semanas que había estado ahí, Yoongi jamás lo había visto.

—¡V, bro, llegaste! —lo saludó dándole una palmada en el hombro— ¿Qué tal Japón?

—Probé el ramen más delicioso —respondió animado para después saludar con un apretón de manos y un ligero abrazo a Jimin. Su mirada se fijó en Yoongi al separarse del rubio—. Tú debes ser Min Yoongi, el nuevo.

Yoongi solo asintió con la cabeza.

—Es un placer. Soy Kim Taehyung, aunque en horas laborables me llaman V —bromeó, regalándole una sonrisa y extendiendo su mano.

El pelinegro aceptó el apretón de manos. La mano del contrario era cálida, y aunque el pelirrojo le sacaba varios centímetros de altura, extrañamente no se sintió intimidado. Al estar más cerca, notó un tatuaje que se asomaba por el borde de su camiseta, extendiéndose hasta el inicio de su cuello. El resto del diseño estaba oculto bajo la prenda, pero algo en él le resultó familiar.

—Taehyung, ¿hablamos afuera? —habló Jimin, dirigiéndose hacia el más alto quien asintió con su cabeza.

—Nos vemos luego, Yoongi —dijo Taehyung antes de comenzar a caminar junto a Jimin; este se detuvo por un momento para darse la vuelta.

Park Syndrome | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora