Extra #1

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Alesha

Esto era molesto. Demasiado.

Volví a tratar de abrochar mis zapatos bajos, pero no pude y eso me enfureció.

Desistí de la idea y salí de la habitación en la planta baja. Como estaba a punto de dar a luz, Emiliano creyó que lo mejor era que no subiera ni baja las escaleras.

Era demasiado exagerado.

Lo peor de todo era que nuestras familias ya llegarían a mi baby shower.

—¡Emiliano Massimo Paccione!—grité con todas mis fuerzas.

—Por Dios mujer, sólo fui por tus…—se interrumpió cuando le lancé uno de mis zapatos, que alcanzó a esquivar por poco.

El zapato chocó contra la encimera de la cocina y cayó al piso. Él me frunció el ceño.

—Fresas—terminó y miró el objeto—¿Por qué fue eso?

—¡Porque estoy panzona por tu culpa! ¡Te odio, idiota!

Se pasó una mano por el cabello.

—Tú querías que te embarazara, sino fuera por eso, pronto no tendría que competir por tu atención y tus lindas tetas.

Fruncí el ceño y me acerqué a él, tomando el tazón de sus manos. Lo agarré con un brazo y estiré la mano para golpear su pecho pero me detuve al sentir la patada que lanzó mi hijo.

Por Dios.

—Golpeó fuerte—murmuré y él posó su mano en mi vientre desnudo.

Se supone que mi conjunto de top y pantalón ancho blanco me quedaría bien y podría pintar mi panza con una pintura especial, pero me sentía como una ballena.

Tomé el tenedor y pinché la fruta, llevándomela a la boca.

—Me defendió de tus agresiones— sus ojos brillaron y su expresión se suavizó.

Él podía hacer todas las bromas que quisiera sobre como competiría por mi atención, pero sabía que se sentía orgulloso de lo que habíamos creado.

—Joder, yo lo tengo en mi vientre por ocho meses y él te prefiere a ti.

Se rió.

—Es que yo contribuí a su creación, soy como su rey—se agachó hasta estar a la altura de mi vientre—. Y tú, plebeyo, no llorarás por las noches para que tu rey conquisté su reino.

Mis cejas se fruncieron.

—¿Conquistar tu reino?

Se levantó mirandome con esa sonrisa que es la provocadora de mis sueños más húmedos.

—Ya lo conquisté, ¿o te olvidas todas las veces que te hice gemir mi nom…—le tapé la boca.

—¿A eso le llamas conquistar tu reino?

Le quité la mano y se encogió de hombros.

—No le puedo decir que no llore cuando esté follando con su madre. Presiento que ese niño causará mis más grandes dolores.

—Eres un idiota.

—Tu idiota, admítelo.

Negué, terminando mi fruta.

—No—pestañeé rápidamente, a punto de llorar—No me pude calzar los zapatos.

Amore, ¿por qué no me lo dijiste?

—Básicamente porque no quiero parecer una inútil.

Quitó las lágrimas de mi rostro y me miró con expresión preocupada.

—Estás embarazada, es normal que se te haga incomodo.

—Aparte de que tu hijo viene grande, ya que, eres grande.

Se rió.

—Vamos, te pondré esos zapatos, con lo que me gusta estar a tus pies, eso no será problema.

Me levantó al estilo nupcial y me quejé.

—Soy pesada.

—No es cierto. Eres perfecta.

Y me besó.

§

Gemí por el dolor, de hecho, grité.

Había ido a la cocina esta mañana y Emiliano me siguió, intenté tomar un poco de jugo pero el dolor me hizo retorcerme.

El idiota de mi marido sólo dijo «Creo que te orinaste, stella marina» antes de que yo le gritara que me llevara al jodido hospital.

En este momento, tomaba mi mano y dejaba un beso en el dorso.

—Puedes hacerlo.

—¡No!—lloré— Me duele, no voy a dejarte embarazarme de nuevo.

Besó mi frente sudorosa y volví a pujar por ordenes de la obstetra.

—Uno más, Alesha—la médica habló—. Su cabecita ya salió.

Suspiré pesadamente y volví a pujar, gritando y llorando al mismo tiempo.

—Listo—murmuró pero yo no escuché nada.

Apreté la mano de mi marido viendo como la mujer sostenía a mi bebé que no lloraba.

—Em…—lloré.

Y como un halo de luz. Se escuchó el chillido de mi hijo y pude sonreír.

La mujer se acercó dejando su pequeño cuerpo en mis brazos temblorosos.

Emiliano tocó el pelo oscuro de nuestro hijo y murmuró con la voz entrecortada:

—Ángelo Paccione, bienvenido al mundo.

 §

Cortito, lo sé, pido perdón pero pronto subiré más extras porque no puedo dejarlos ir.

Asi que denle amor si les gustó que Alesha le haya puesto así a su bebé.

Besoss.

Venenosa Adicción [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora