ᴀʀʀᴏɢᴀɴᴄᴇ

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ᴀʀʀᴏɢᴀɴᴄᴇ
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— Hallar al otro cazarrecompensas debes, Obi-Wan —habló Yoda, haciendo resonar su voz por toda la sala mientras nos miraba fijamente.

Yo estaba de pie junto a Obi-Wan, frente al Consejo Jedi. Les habíamos explicado todo lo sucedido la noche anterior: la cazarrecompensas que intentó matar a Padmé y cómo Anakin y Obi-Wan, a pesar de su esfuerzo, no pudieron lograr sacarle la identidad de su empleador antes de que muriera por un dardo tóxico.

— Y lo más importante —añadió Mace Windu con la mirada fija en nosotros—, averiguar para quién trabaja.

Incliné la cabeza, frunciendo el ceño antes de preguntar con cautela: — ¿Y qué sucederá con la Senadora Amidala? Aún necesita protección.

Shaak Ti, desde su silla en el consejo, me dedicó una sonrisa suave y alentadora.

— Tú te encargarás de su protección, Helene. Hemos decidido que la escoltarás a Naboo temporalmente.

La sorpresa recorrió mi cuerpo. ¿Naboo? Nunca había estado en Naboo pero sabía que era posiblemente el planeta más hermoso de la galaxia, aunque ese título había quedado un poco entorpecido tras la batalla de años atrás. Naboo no dejaba de ser el mejor destino de vacaciones para la gente rica.

Rápidamente me enderecé y asentí, comprometida. — Mi padawan y yo aceptamos la misión, maestra. Protegeremos a la Senadora Amidala.

Pero antes de que pudiera agregar algo más, el Maestro Windu levantó una mano, formando una escalofriante sonrisa torcida que no presagiaba nada bueno para mí.

— Habrá un cambio de planes, Shield —anunció con un tono firme y decidido—. No viajarás con tu padawan. Proteger el Senado requiere de alguien más experimentado que un chico de quince años. La Orden ha decidido que acompañarás a la Senadora con el padawan del Maestro Kenobi.

Qué.

Obi-Wan y yo intercambiamos miradas, con una mezcla de sorpresa y pánico. Sentí cómo mis piernas se debilitaban de repente, igual de temblorosas que una gelatina. El corazón me latió desbocado y no tardé en notar como el sudor me cubría las manos mientras yo seguía mirando fijamente las caras del Consejo, esperando el momento en el que me dijeran que solo me tomaban el pelo. Pero no fue así.

Estuve a punto de perder el equilibrio, segura de que me habría tambaleado si no fuera por el leve apoyo que Obi-Wan me ofreció a través de la Fuerza. Y me miró con preocupación, consciente de que estaba al borde de un ataque de pánico. No podía imaginarme en una misión así, sola con Anakin, sin Cal a mi lado.

— Pero... —traté de protestar, mi voz temblando—, eso no… no es… no creo que sea adecuado…

Windu no me dejó terminar, su mirada severa se clavó en mí como un sable de luz atravesándome.

— Está fuera de discusión, Maestra Shield —sentenció con firmeza—. El joven Kestis se quedará aquí, bajo la supervisión del Maestro Kenobi. Este cambio es necesario.

Por primera vez desde que nos habían dado la maravillosa noticia, Obi-Wan se volvió hacia el Consejo con un tono de voz sereno pero inquieto.

— Con todo respeto, ¿cómo pueden estar tan seguros de que esto es lo correcto? —preguntó, fijando sus ojos en los maestros.

— Será una prueba para el padawan Skywalker —le respondió la Maestra Depa Billaba con calma.

Las piezas empezaron a encajar en mi mente, pero la incomprensión seguía pesando sobre mis pensamientos.

𝗦𝗛𝗔𝗠𝗘𝗟𝗘𝗦𝗦, anakin skywalker Donde viven las historias. Descúbrelo ahora