°•-♡ I feel different with you ♡-•°

Capítulo Veintidós: Negación y Fascinación

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Torcher caminaba por los pasillos de la base, sumido en sus pensamientos. Habían pasado días desde que empezó a notar cómo su mirada se detenía en Soldier más de lo necesario. Cada vez que lo veía, su mente se llenaba de detalles que antes no consideraba importantes: cómo la luz del sol parecía reflejarse en sus ojos miel, cómo sus mejillas rosadas se destacaban cuando reía, o incluso cómo el uniforme estándar de la base, que era igual para todos, en Soldier parecía tener algo especial.

"Esto no puede estar pasando," murmuró Torcher para sí mismo, apretando el puente de su nariz. Era un hombre lógico, acostumbrado a mantener el control de todo, pero esta situación lo desafiaba. Soldier era su compañero, su amigo, tal vez algo más parecido a un hermano... ¿o no?

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Esa tarde, durante el entrenamiento, Torcher observaba desde lejos mientras Soldier practicaba combate cuerpo a cuerpo con otro soldado. Su forma de moverse, ligera pero decidida, lo hipnotizaba. Aunque era más delgado que muchos en la base, había algo en él que transmitía una fuerza interior que Torcher no podía ignorar.

Cuando Soldier ganó el combate con un movimiento sorprendentemente ágil, se giró hacia donde estaba Torcher y le sonrió, levantando el pulgar con entusiasmo. Torcher sintió cómo su pecho se calentaba ante esa simple expresión de alegría.

"¿Qué diablos me pasa?" pensó mientras apartaba la mirada rápidamente, intentando enfocarse en cualquier otra cosa.

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Más tarde, mientras ambos caminaban hacia el comedor, Soldier hablaba animadamente sobre un recuerdo de su infancia, pero Torcher apenas podía concentrarse. Su mente estaba ocupada intentando deshacerse de ese sentimiento incómodo que lo carcomía desde dentro.

"No puede gustarme," pensó, con el ceño fruncido. "Es Soldier. Es alegre, ruidoso, algo torpe... Pero también es fuerte, valiente, y-¡No, basta!"

"¿Torcher?" La voz de Soldier lo sacó de su ensoñación.

"¿Qué?" respondió, un poco más brusco de lo que pretendía.

Soldier ladeó la cabeza, mirándolo con una mezcla de curiosidad y preocupación. "Te ves distraído últimamente. ¿Todo está bien?"

"Sí, solo estoy cansado," mintió Torcher, evitando su mirada.

Soldier pareció aceptar su respuesta y continuó hablando, pero Torcher no pudo evitar notar lo cerca que estaban. La forma en que Soldier movía las manos al hablar, su expresión animada, incluso cómo una pequeña hebra de cabello color avellana caía sobre su frente... todo era demasiado.

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Esa noche, en la soledad de su habitación, Torcher se sentó en su cama con las manos cruzadas frente a su rostro. Había pasado años construyendo muros emocionales, asegurándose de que nada lo distrajera de su deber. Pero ahora, esos muros parecían tambalearse ante la simple presencia de Soldier.

"No puedo dejar que esto me controle," murmuró, como si al decirlo en voz alta pudiera convencerse a sí mismo. "Es solo... admiración. Nada más."

Sin embargo, una parte de él sabía que no era cierto. Había algo en Soldier que lo atraía de una manera que nunca había experimentado antes. Su sonrisa, su risa, su forma de iluminar cualquier lugar... todo en él parecía diseñado para hacer que Torcher bajara la guardia.

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A la mañana siguiente, Torcher decidió que intentar luchar contra sus sentimientos solo lo estaba desgastando. Si no podía ignorarlos, tal vez lo mejor sería simplemente dejar que las cosas sucedieran, sin analizar demasiado.

Cuando se encontraron en el comedor, Soldier le dedicó una de sus sonrisas radiantes mientras le ofrecía un lugar en su mesa. Torcher aceptó, sentándose junto a él y permitiéndose disfrutar del momento.

"Hoy tenemos un entrenamiento especial," comentó Soldier entre bocado y bocado. "¿Te animas a ser mi compañero?"

Torcher arqueó una ceja. "¿Eso es un reto?"

"Tal vez," respondió Soldier con un brillo travieso en los ojos.

Torcher no pudo evitar sonreír levemente. Aunque no lo admitiera, disfrutaba de esos momentos. Soldier tenía la habilidad de hacer que todo pareciera menos pesado, menos complicado.

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Durante el entrenamiento, Torcher comenzó a notar más detalles sobre Soldier. Cómo se esforzaba al máximo en cada ejercicio, cómo su cabello avellana se pegaba a su frente por el sudor, cómo su respiración se volvía pesada pero nunca se quejaba. Era fascinante de una manera que Torcher no sabía explicar.

"Eres un perfeccionista," comentó Soldier mientras se sentaban a descansar.

"¿Y eso es algo malo?" respondió Torcher, tomando un sorbo de agua.

"No, solo... interesante. Eres tan diferente a mí." Soldier se recostó en el suelo, mirando el cielo. "Yo improviso mucho, ¿sabes? Pero contigo todo tiene que ser exacto. Supongo que eso es bueno. Me hace sentir que siempre puedo contar contigo."

Torcher lo miró en silencio, sintiendo un nudo en el pecho. Soldier siempre encontraba la manera de decir algo que lo dejaba sin palabras.

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Esa noche, mientras Soldier contaba una de sus historias graciosas, Torcher se sorprendió al darse cuenta de que no solo estaba escuchando; estaba observándolo. Cada gesto, cada sonrisa, cada risa.

No podía negarlo más: Soldier le gustaba. No solo como compañero, no solo como amigo o "hermano menor". Había algo más.

Pero aún no estaba listo para admitirlo. Por ahora, decidió disfrutar de esos momentos y dejar que las cosas siguieran su curso.

"Eres un caso especial, Soldier," murmuró para sí mismo mientras el otro seguía hablando, sin darse cuenta de la intensidad con la que Torcher lo miraba.

Y aunque no lo admitiría en voz alta, Torcher sabía que ya no había vuelta atrás. Soldier había encontrado un lugar en su corazón, y no iba a irse pronto.

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