Capítulo 30

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[En Multimedia: Emma y la mayoría de sus reacciones en el capítulo de hoy]

¡Hola!

Quería empezar el capítulo agradeciéndole a toda la gente maravillosa que ha votado por "Factura al Corazón" en Twitter. Ha sido la semana más emocionante de mi vida. Todos los tweets han sido muy creativos, desde fotos con carteles (Verox31), tweets de por qué debes leer la novela (theonlypigeon), elogios increíbles (AlexandraMellark138), votos, votos y más votos (htherryus); hasta artes diseñados por ustedes mismos (LennyR_). Entre muchos otros que amé y reí sin parar.

Ganemos o no ese Premio Watty, ha sido una semana muy especial que jamás olvidaré. Si hay alguien por aquí que no ha visto la campaña que hemos hecho en Twitter, lo invito formalmente a buscar el hashtag #FacturaAlCorazon.

Y ahora... ¿Listos para el capítulo?

¡Allá vamos!

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Pienso muchas cosas al tener a Oliver enfrente mío, mirándome con sus ojos avellana que en algún momento me cautivaron.

Aun así, el único pensamiento al que le presto atención es al de mi subconsciente que me ordena desesperadamente que golpee a este imbécil hasta que muera.

Y con gusto atiendo su orden.

—¡ERES UN MALDITO IDIOTA!

Aprieto los puños de ambas manos y antes que él pueda decir algo, suelto un puñetazo directo en su rostro que no esquiva porque no se lo esperaba.

Mi puño pega directo en su barbilla, pierde el equilibrio y se desmorona en el suelo del aeropuerto tratando de apaciguar la caída usando sus brazos, pero no lo logra.

Permitiendo que la ira me consuma, me tiro encima de él para golpearlo una y otra vez en el rostro.

—¡Mierda, Emma! ¡¿Qué te...?!—grita agarrando mis manos, sin poder controlarme.

Nuestros gritos atraen las miradas de las pocas personas que transitan por el aeropuerto. Seguramente tenían la loca idea que su mañana sería tranquila y aquí estoy yo, arruinando sus sueños y esperanzas.

—¡EMMA!—grita Oliver haciendo un enorme esfuerzo por tirar mi cuerpo hacia atrás, pero ya no soy la débil chica con la que anduvo hace cuatro años.

No, esta Emma tiene un cuerpo más fuerte, gracias a las mañanas de actividad física en las que Matt me obligó a participar en un principio alegando que debo tratar a mi cuerpo como se le merece. Mañanas que ahora disfruto con todo mi corazón.

—¡ERES UN DESGRACIADO, JURO QUE TE VOY A MATAR!—vocifero, descontrolada.

—¡Seguridad, seguridad!—grita una persona a nuestras espaldas corriendo. Por la voz tan fina, intuyo que se trata de una mujer joven.

Prontamente un guardia de seguridad llega, me agarra de la cintura y tira mi cuerpo hacia atrás quitándolo encima del de Oliver.

—¡Lo siento, Emm, yo no...!—mi ex-patán suena muy agobiado.

Hago mi mejor esfuerzo por liberarme del encarcelamiento del guardia de seguridad, quien aprieta fuertemente mis brazos por detrás de mi espalda.

—¡¿Quién te crees que eres para jugar con mis sentimientos de la manera en que lo hiciste?!—mi cabello pasa una y otra vez por mi rostro, rozándolo, porque me muevo como demente—. ¡¿Te das cuenta cuánto sufrí por tu culpa?!

Factura al corazón © DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora