Stay |Larry Stylinson|

Capítulo 10.

Autora: Escribí a prisa ya que este es un capítulo especial ya que está dedicado a Pame quien me ha leído desde hace mucho tiempo y hoy cumple un año más de vida. ¡Muchas felicidades!

En verdad me esforcé para terminarlo a las 00:00 hrs. de México y espero les guste.

Miró alrededor del local e incluso fijó su mirada por unos momentos en la taza de café que se encontraba frente a él. Nada de lo que veía le daba una pista de qué era lo correcto, si contestar con la verdad y arriesgarse a derribar sus barreras dejando expuesto su corazón – porque la historia de su vida era la que construía todo lo que su corazón era en esos momentos – o simplemente mentir para ponerle un límite a Harry, dejándole claro que estaba en su vida, pero que no lo quería tan dentro de ella.

¿Cómo ser más que un asistente y más que un amigo si no se tiene la confianza necesaria para contar todas esas cosas que a pesar de los años seguían doliendo con sólo cerrar los ojos y visualizarlas? El dolor estaba tan presente como en aquellos días porque al final de cuentas se había quedado sin familia más que su hija.

Quería a Harry con él, pero en definitiva, no se sentía con el valor suficiente para contarle aquello en ese momento ya que sabía que terminaría llorando.

- Harry – lo miró, por fin. - No quiero que pienses que no confío en ti, pero en este momento ni siquiera yo me siento con el valor de decir las cosas en voz alta ya que eso haría que todo vuelva.

Los ojos verdes se posaron en él como si estuviera detallando con detenimiento cada una de sus facciones, como si quisiera comprender todo con ese simple hecho y eso estaba logrando que se sintiera expuesto por lo que empezó a desear con todas sus fuerzas que el rizado se detuviera.

- Crecí con la idea de que debía de ser el mejor en todo – soltó, al final. – Mi padre nos hacía vivir como siguiendo una lista de pasos que él consideraba que eran los correctos para alcanzar el éxito – Louis no sabía la razón por la que el rizado le contaba aquello, pero decidió quedarse en silencio y escucharlo. – En esa lista estaba incluido el hecho de encontrar a la mujer perfecta y fue el primer lineamiento que no seguí.

- Ha de haber sido difícil – comentó con pena.

- Lo fue – aseguró. – Ahí inicié a romper las reglas y por eso me enviaron a América.

>> Ahora mi padre me está poniendo a prueba, pero me has ayudado mucho a lidiar con todo lo que la empresa conlleva.

- Es mi trabajo – sonrió.

- Quiero ser más que un trabajo – soltó, Harry.

Mierda.

Eso ni siquiera podía estarle sucediendo ya que esas eran precisamente las líneas que él debía de decir. Harry no debía de estar diciendo en el mismo sentido y tenía que asegurarse de eso.

- Lo eres – respondió. – Somos amigos.

Harry giró su taza de café sobre la mesa con cuidado para no derramar el líquido y después de unos segundos se la llevó a los labios haciendo una mueca de desagrado en el acto. Louis quiso reír ante aquel gesto tan tierno, pero se contuvo al recordar el tema que estaban tratando.