Capítulo 25

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Capítulo veinticinco 

Actualmente me encontraba caminando por las calles siguiendo las indicaciones para volver que había recibido.

Tienes que envenenar a Andrew...

No podía sacar esas palabras de mi mente. De todas las cosas que pensé que podían pedirme nunca pensé que matar sería una de ellas.

Andrew no me había hecho nada realmente malo, me había secuestrado, pero técnicamente ya estaba secuestrada antes de eso, él siempre se había portado bien conmigo y yo no le podía hacer eso a nadie si no me daba una razón.

Pero tenía que confesar algo: Tal vez las cosas que ellas dijeron me llegaron.

No le diría nada a Andrew sobre lo que Gee hace, y aunque ellas no usaran la palabra sabía que lo que ellos querían era un sabotaje interno que yo si apoyaba, pero a la vez no quería participar. O por lo menos no por el momento.

Yo no me hubiera imaginado nunca lo que sucedía desde dentro del gobierno de los hombres lobos y esto solo me demostraba que ellos no son mejores que nosotros, su mundo está infectado de las mismas cosas que el mundo cuando los humanos estaban al mando.

Les había dicho que no quería envenenar a nadie por ahora, no quería estar envuelta en ningún tipo de asesinato, y por suerte parecieron comprender.

Y tampoco podía olvidar las últimas palabras que Gee me dijo antes de salir de ese gran edificio

"Si cambias de opinión sabes en donde nos encontramos"

Claro que lo sabía. Tenía el número de teléfono de alguno de sus miembros y voy en la misma escuela que Gee, incluso en la misma clase. 

Yo me limité en asentir en respuestas. No le diría que nunca aceptaría ese trato, porque tal vez algún día yo si decidiera hacerlo. Y tampoco podía decir que después de un tiempo lo haría, porque no me creía capas.

 Cuando me habían estado dando indicaciones  no había pensado que sería complicado poder seguirlas por mi cuenta, pero ¡Sorpresa! No tenía la menor idea de donde me encontraba y me había perdido entre las notas que tenía.

Así que no sirvió de mucho eso.

Comencé a caminar por calles transitadas por miedo a encontrarme en un lugar sin gente en el que cualquier persona podría hacerme daño cuando recordé algo que podía ser mi salvación en ese momento: El celular que me entregó Andrew.

En ese edificio me habían pedido que lo apagara porque él me podía seguir con eso, así que lo hice. Tal vez ahora sería conveniente que me siguiera y pudieran rescatarme de este lugar, así que sin dudarlo lo encendí.

No esperaría que me siguieran, él había dicho que su número estaba registrado por lo que llamarlo sería la mejor de las opciones, no demoré demasiado en entrar en el lugar que estaba marcado como contactos y el primer nombre que ahí aparecía era Andrew.

Armándome de valor bajé mi dedo hasta la zona de la pantalla táctil en la que se encontraba la imagen de un teléfono de color verde. Lo apreté. Puse el teléfono en mi oído mientras comenzaba a contar las veces que sonaba.

Una vez...

Dos veces...

Tres veces....

Al cuarto tono por fin desde el otro lado de la línea contestaron.

-- ¿Donde mierda estás? -- Gritó la voz de Andrew en el teléfono, no pude evitar estremecerme y alejar un poco el celular de mi oreja, el gran grito me había agarrado por sorpresa.

CCH: Casa para Compañeros Humanos #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora