Capítulo 8

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Se notaba mi confusión, de eso estaba absolutamente segura. Y con la facilidad con la que Gideon podía leerme, como si me conociera de toda la vida, casi como si fuera de su familia, era más que obvio que él también la notaba.

Gideon me miró expectante, pero después de otro par de segundos de intercambier miradas él soltó una risota. No parecía que aquello fuera algo que hiciera muy seguido pues no lucía como su yo de siempre.

Mi mirada de confusión se incrementó.

-¿En serio quieres escuchar toda la historia? -preguntó después de tranquilizarse- Te aseguró que no es una muy larga de contar, pero aun así es extraño que me lo pidas.

No era lo que yo esperaba que él entendiera por mis miradas, pero si me estaba dando la oportunidad de escucharla ¿por qué no?

-Bueno, pues, no hay mucho que decir -su expresión era concentrada, como tratando de recuperar todos los detalles que se le escapaban-. Casi al mismo tiempo que se embarazó Gwenny mistress Jenkins llegó anunciando que tendría un bebé, la mujer ya no era tan joven, pero estábamos felices por ella. Nació Natalie, y cuando mistress Jenkins regresó a trabajar a la Logia (sinceramente aun no entiendo cómo es que no acabó renunciando) comenzó a traerla a veces porque no siempre tenía quien cuidara a la bebé. El tiempo pasó, todos crecieron y casi desde que tenían tres años Matthew y Natalie se hicieron amigos; jugaban todo el tiempo, pero como no siempre podían estar juntos ya que teníamos que entrenar a Matt como un nuevo viajero del tiempo Natalie comenzó a apegarse más y más a la Logia.

»Como te dije, tres meses aproximadamente antes de el escape del conde se hicieron algo así como novios; Natalie siempre mostró mucho interés en él, pero obviamente no del tipo de "te amo", sino más bien un "me gustas", así que Matthew la aceptó de esa manera, a pesar de su corta edad. Aunque desde que salimos de Londres él ha sido una persona muy diferente.

Cuando terminó de hablar yo no sabía que decir. Honestamente no esperaba esa historia, pero obviamente tampoco esperaba que me la contara ¿no?

Hubo un largo silencio incómodo durante el cual yo simplemente comencé a asentir.

¿Qué se hacía en esta clase de situaciones? Me puse a maldecir todos mis intentos de alejarme de las chicas engreídas de mi salón y el hecho de juntarme con todas las personas escépticas y sarcáticas posibles (sobre todo Jonás).

No había nada más que hacer y no sé qué esperaba Gideon que hiciera, así que me refugie en mis interminables preguntas, aunque ahora tuvieran que ser dirigidas a la vida de Matthew.

-¿Por qué cambió? -fue lo primero que se me ocurrió, pero aun así mi voz salió suave y calmada en lugar de ansiosa como yo esperaba.

-No lo sé -la expresión de Gideon se tiñó de derrota; luego murmuró-. A veces es tan difícil de descifrar.

Aquella conversación terminó allí, lo que fue un alivio, porque yo no estaba dispuesta a seguir finjiendo que aquello me hacía sentir cómoda.

-Bueno ¿quieres cenar? -era como si la magia hubiera actuado y le hubiera otorgado a Gideon de un momento a otro una sonrisa resplandeciente.

-Por supuesto -automaticamente le devolví la sonrisa.

-Pero estás avisada de que aunque he pasado años tratando de hacer cenas románticas para Gwen soy un desastre en la cocina.

-Eso es perfecto, porque lo único que realmente sé hacer sin provocar un incidente son sandwiches y pasta.

-Muy bien, entonces manos a la obra.

Después de aquello conseguimos hacer lo que era una pasta con salsa de tomate medianamente presentable, aunque a mí me había encantado, con todo y que casi conseguimos hacer que la licuadora explotara.

Piedras Preciosas. Una nueva generación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora