Capítulo 15

653 26 12
                                    

-Te dije que el pajar no te traería nada bueno. –exclamó Xemerius, quien estaba a mi lado.

Mientras Gideon les explicaba todo el asunto del cronógrafo robado, cómo habíamos cerrado el círculo, y, por supuesto, cómo Lucy y Paul lo habían obligado a zamparse la piedra filosofal; yo sólo sentí unas ganas inmensas de ir al sanitario.

Sinceramente, no tenía que usarlo. Simplemente quería estar lejos de toda esa gente.

-Anda, ya. ¿Cuándo va a nacer el bebé? –me preguntó Xemerius, dejándome completamente desconcertada.

-¿Cuál bebé? –pregunté.

-Pues... Cuando dos personas se quieren mucho...

-Basta ya. –lo interrumpí con una sonrisa. –Sé a qué te refieres. Y no, no se trata de eso. Es sobre todo lo que hemos hecho a espaldas de los Vigilantes.

-¿Eso incluye el pajar?

-¡No! –exclamé fuertemente, lo suficiente, para que se escuchara en todo el edificio. –Ningún pajar, Xemerius.

Jale levemente la puerta para salir del baño, mientras me pareció escuchar a Xemerius diciendo "mojigata" a mis espaldas.

"Estúpida."

"Imbécil."

Está bien, eso tenía que parar.

-Xemerius, por favor, ¿quieres cerrar la boca de una buena vez? –dije en tono quedo.

"Descerebrada."

Me di la vuelta lentamente, tratando de controlar mi enojo. ¿Quién se creía Xemerius para hablarme de esa forma? Yo soy el Rubí, la duodécima viajera en el tiempo. Él solo era una pobre gárgola.

Mas, cuando vi que la persona que me decía todos esos insultos no era Xemerius, solo pude quedarme sin aliento.

-¿Charlotte? –le pregunté, buscando una risa forzada. -¿Por qué quieres hacerme mierda?

-He... observado cómo Gideon te dedicaba ese magnífico soneto. –dijo con el mismo tono grave de siempre en su voz.

-Ajá.

-Aléjate de Gideon, Gwendolyn. No es la primera vez que te lo advierto, pero ésta será la última. –murmuró apretando los labios. Casi podía ver verdaderas llamas en sus ojos.

-Y, hablando de personas que se creen otras, ¿quién te crees tú para decirme qué tengo que hacer? –contesté desafiante.

Charlotte enarcó una ceja, y frunció los labios. Estaba casi segura que mi respuesta la había afectado.

-Sólo hazlo. ¿Vale? –dijo haciendo caso omiso de mi anterior pregunta.

Yo sabía perfectamente que existía una buena razón para que Charlotte insistiera en que dejara de ver a Gideon, solo que no quería admitirla.

-Antes dime porqué.

-Sólo hazlo, Gwenny. –repitió.

Entonces miles de cosas encajaron en mi cabeza. No sabía si yo era retrasada mental o porqué nunca antes me di cuenta. Yo sabía que Charlotte había actuado llena de celos, pero jamás creí que algo como esto le pudiera estar sucediendo.

-Estás enamorada de Gideon, ¿verdad?

-Vaya, que Gwenny por fin ha descubierto el misterio. –dijo en tono sarcástico.

-Sabes bien que no me refiero a eso. Lo amas de verdad, Charlotte. Darías tu vida por él si fuese necesario. –le expliqué.

Charlotte bajó la mirada un momento (cosa realmente extraña en ella) y respiró profundamente, como tratando de ordenar sus sentimientos.

Diamante (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora