14.

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Narra Jeff.

Al entrar por la puerta de la cocina, sentí que todos los recuerdos que pase los primeros años aquí sin Nina se me vinieron encima. Años atrás soñé con que ella, se le pasara por la cabeza que volviera, tenía esa palabra en mi cabeza que todo el mundo de aferraba, esperanza; La tuve, podía verme gritar por esta casa.

Subí las escaleras con cuidado, no quería que Nina se despertará. ¿Qué hago con Nina en mis brazos? No tuve la fuerza de voluntad que tenía para asesinarla. Otra oportunidad tuve de hacerle daño, y yo, no pude hacerlo.

Estaba pacífica, como si durmiera hace tiempo. Sonreí, sigue siendo amable, hay cosas que en ella nunca cambian. Mientras caminaba a su habitación vi su pecho, en tajo aún seguía ahí, rojo. Entre a la habitación, la ventana donde solía entrar está cerrada y cubierta por una cortina.

Deje a Nina delicadamente sobre la cama, acomodé la almohada y le puse el cobertor encima. Me quede de rodillas viendola como duerme. Ha pasado tanto tiempo desde la ví así, era uno de mis placeres favoritos. Coloqué un mechón de cabello rubio detrás de su oreja, era costumbre jamás me iría a quitar.

Me quede pensando en lo que había dicho sobre Sally. La amo, volví amarla como nunca creí hacerlo, no puedo dejar que Nina me diga que su ella es buena o mala.

Sé que no le cae bien, pero ahora las cosas han cambiado, ella no ha visto a Sally, tiene ese mismo genio de mierda, aunque nada se compara con el carácter de Nina. No sé cuál de las dos es peor, pero sé, que cada una tiene el mismo corazón noble.

¿Tu crees?.

Dice esa voz en mi cabeza. Negué, mas voces seguían en mi cabeza, no paraban de decirme respecto a la nueva imagen de Sally.

— Go to sleep Wilson.- Susurré con una boba sonrisa en mi rostro. Retrocedo dando pasos sin hacer ruido. Cerré la puerta despacio.

Valeria, esa niña que es mi hija, aveces irrepentinamente veo la imagen de Nina en mi cabeza, no porque tuve algo con ella, si no porque como puedo ver el dolor, puedo ver la bondad, suena patético, lo sé, es estúpido que vea esas cosas en la gente, pero no puedo evitar decir lo que siento o veo, y Nina tiene todo eso.

Sally no la quiere. No puede querarla, si aún la mantiene a su lado es por mí y Liu. Baje las escaleras sin ganas, no quería irme, podía quedarme hasta el amanecer con Nina. Negué, no daré ni brazo a torcer. Si le pedí a Nina que viniera conmigo al bosque es para proponerle algo que he estado pensando durante los últimos años, incluso fue una sorpresa que Nina volviera a mi vida.

Al salir de esa casa, tuve la idea de ni irme. Como dije, no quería hacerlo. Camine hacía el bosque con ganas de retorcer un cuello alguien. Sally me estará buscando, ojalá no esté con Liu, Nina tiene razón, esos dos se odian hasta tal punto en que yo a veces no puedo meterme entre los dos, una vez casi terminaron matándose frente a Valeria.

Corrí entre los árboles y la neblina, tenía que dejar de pensar en Nina, la odiosa y terca Nina. Quien lo diría, casada y sin hijos, para no ser madre, tiene un cuerpo como de la misma diosa Afrodita. Aún puedo ver sus ojos mirándome fijamente, esos ojos grises que cualquier hombre desearía ver, sus labios carnosos y rosados que me hablan con odio. Seguí corriendo con laa velocidad, subí una roca y vi el sector su había algo apetecible para mí.

Hay veces en que vienen jóvenes adolescentes al bosque a beber o hacer cosas que las hormonas les hace hacer, y yo nunca desperdicio la oportunidad de matarlo o torturarlo.

Baje de la roca y seguí subiendo la colina hasta ver la cabaña. Habían luces encendidas, y podía jugar, que los gritos de Sally se oían desde la casa de Sally. Suspire, ahora mismo no quiero entrar, podía regresar en la madrugada, pero Sally harían que me buscaran por cielo mal y tierra.

¿Juntos, jeff? 3.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora