Capítulo 34

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Camila's POV

El sol comenzaba a calentar en la costa este, y mientras todos se levantaban y arreglaban, yo salía del gimnasio del hotel. Estaba vacío, simplemente la chica de recepción que me saludaba todas las mañanas que nos alojábamos allí amablemente. Al llegar a la habitación, el reloj marcaba las diez de la mañana y Lauren estaba vestida para bajar, con la cara dormida pero vestida. Karla gateaba por la cama, babeándole la cara a Lauren que parecía querer volverse a dormir.

-Buenos días, ¿dónde estabas? –Cogió a Karla en brazos y se levantó, acercándose a mí.

-En el gimnasio. –Respondí dándole un beso suave en los labios, y bajando la mirada hacia Karla que estiraba los brazos hacia mí. –Aw... Mi vida, no puedo cogerte...

-Pues como se te ponga el culo como las tetas... -Me quité la camiseta delante de Lauren antes de que dijese eso, mientras mecía a Karla.

-¿Qué? –También retiré el sujetador con una mano, metiéndome en el baño. –No respondas, está Karla delante.

-¿Quieres que te lo diga luego? –Me quité el pantalón y la ropa interior, entrando en la ducha con agua tibia, que deseaba desde que salí del gimnasio.

-Vale, cariño. ¿Dónde está mi hermana? –Dije enjabonándome, y ella apareció por la puerta con Karla en brazos mientras yo me duchaba. –Ah ah, fuera.

-¿Pero por qué fuera? Si a mí no me da vergüenza verte, ni a ti tampoco. –Me señaló con la mano, y Karla se estiraba hacia mí.

-Ese es el problema, que te vas a excitar, cariño. –Terminé de ducharme y salí con la toalla en el pecho, y ella aún no había salido del baño.

-¿Excitar? Yo me pongo cachonda. –Rodé los ojos poniéndome la ropa interior con un suspiro. –Además, creo que al verte las tetas tiene hambre. –Karla comenzó a hacer pucheros, y la cogí en brazos meciéndola, aunque ella buscaba mi pecho hasta metérselo en la boca.

-Dios mío es que sois iguales. –La sujeté con los brazos y tuve que salir del baño entre las risas de Lauren, que me abrazaba por detrás, aunque me gustaba que Lauren se sintiese atraída por mí como el primer día, y que ni siquiera se notase que llevábamos algo más de cuatro años juntas.

Le di el pecho, y por fin terminé de vestirme, aunque Karla se había quedado dormida y la llevábamos en el carro, así que estábamos en silencio en el ascensor. Las manos de Lauren se pusieron en mi cintura, dándome un beso lento y profundo.

-Mmh... ¿Qué querías decirme? –Dije pasando las manos por su pecho, ladeando un poco la cabeza.

-Que si se te pone el culo como las tetas, se me pondrá dura la vena del cuello. –Dijo tan normal, y le di un empujón rodando los ojos.

-Dios mío, eres increíble. –Dije negando, pero volvió a darme un beso antes de que dijese nada más.

-Es broma, te quiero. –Solté una leve carcajada al escucharla, negando.

-No, no es broma porque cuando lo hacemos la vena del cuello se te pone así. –Le señalé el cuello, dándole una pequeña caricia en la parte baja donde solía salirle, y entrecerró los ojos.

-Y te gusta, ¿verdad? –Me dio varios besos más en los labios, a los que respondí mientras sonreía.

-Verdad.

Salimos del ascensor con Lauren llevando el carrito hasta el restaurante, donde en una de las mesas estaban Chris y Sofi sentados mientras desayunaban. Era raro ver a mi hermana así, con el hermano de Lauren, lo que era bastante raro, pero a la vez adorable.

room 72; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora