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Lauren's POV

Pero por mucho que quería, mi gripe no remitía y los pocos días que restaban de Navidad me los pasé en cama, casi sin poder moverme. Menos mal que por las fiestas mis tíos me regalaron un par de pijamas más, y mis padres... Una colonia, un libro, cincuenta dólares y una bufanda, mientras yo veía el móvil nuevo que le regalaban a mi hermano, junto con unos zapatos que costaban más de cien dólares, y un montón de ropa. También a mi hermana, que había llenado su armario de ropa nueva, otro móvil y dinero suficiente para comprarse dos más de los más caros.

Pero, a pesar de que esas cosas me hacían sentirme como una mierda, decidí que ya estaba bien. Así que aún con fiebre y frío, me decidí a salir a la calle cubierta por un chaquetón, gorro y guantes, sólo se me veían los ojos.

Caminé calle abajo, fría y desierta, nevada y blanca, que se hacía larga al caminar. Diez minutos de caminata y paré, viendo la puerta de la cafetería. Allí estaba Dinah, y me acerqué, ella sonrió de lejos al verme, levantándose del suelo congelado por la nieve.

-Feliz Navidad, Lauren. -A pesar de su situación, mantenía aquella sonrisa. Saqué de la maleta una bolsa con los regalos, dándoselos.

-Feliz Navidad, Dinah. -Sorbí un poco por la nariz al decirlo, y ella se quedó completamente petrificada. -Vamos, cógelos, nadie se debe quedar sin regalos de Navidad.

Y ella me abrazó, y aunque yo estaba mareada por tanto movimiento brusco, también lo hice.

Aunque por mi bien, decidí entrar en la cafetería con ella, y Dinah abrió la bolsa. Pedí dos cafés, me vendrían bien para aquél dolor terrible de garganta que me dejaba sin poder hablar casi.

-¿En serio? ¿Esto es para mí? -Dinah sacó la bufanda de color verde y se la puso alrededor del cuello, y asentí cogiendo la colonia, sorbiendo por la nariz.

-Claro, échatela, huele bien. -La rubia cogió el frasco mientras yo me sonaba la nariz con un pañuelo y me recosté en el asiento mirándola.

-Son tus regalos, ¿verdad? -Asentí frotándome la sien con los dedos, y ella se quedó mirándolos. -No puedo aceptarlos, son tus regalos de navidad.

-Llevo una bufanda puesta, tengo colonias de sobra en casa y ese libro ya me lo leí en la biblioteca del instituto. Me encantaría poder regalarte, no sé, algo que de verdad te ayudase. Me gustaría poder ayudarte. -La chica enredaba su dedo en la bufanda que no paraba de mirar, y apretaba un poco la tela sobre su nariz para olerla.

-No tienes por qué, esto es mucho más de lo que esperaba este año, ¿de qué trata el libro? -La camarera puso dos pasteles de calabaza junto con un café que había pedido, y puse las manos alrededor de la taza.

-Está ambientada en 1850, asesinan a una enfermera en un hospital. Está genial, me lo leí en un día. -Sorbí por la nariz con una sonrisa, y ella pasó la mano por la portada.

-Es raro. -Dijo Dinah cogiendo una cuchara para partir un poco de pastel, llevándoselo a la boca.

-¿Qué es raro? -Pasé el pañuelo por mi nariz con los labios entreabiertos para poder respirar.

-Siempre creí que en las familias normales se regalaban cosas mejores, no sé. Esto es lo que espero siempre para Navidad, pero nunca me regalan. -Simplemente me dediqué a sonreír un poco, comiendo un pedazo de pastel.

-Si te consuela, a mis hermanos sí que les han regalado esas cosas que piensas. -Removí el café con la cucharilla, encogiéndome de hombros. -Soy como Harry Potter en casa de los Durlsey. Soy como un cero a la izquierda, así que da igual.

coldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora