60.-Confesiones dolorosas.

4.6K 678 181
                                    

— ¿Qué fue tan bueno para no festejar con nosotros tus recientes 19 años?—preguntó tu amigo de manera escandalosa, yo estaba de espaldas, sacando unos libros de mi mochila, era la primera clase.

— ¿De qué estás hablando?—respondiste. Estoy segura de que tu amigo te susurró al oído que yo había preparado una fiesta—. No, eso no puede ser cierto.

— ¿En qué mundo vives?—reclamó él—. Ayer todos estuvimos en tu casa, esperando a que llegaras.

Creí que ibas a decir algo al respecto, pero en vez de eso, fuiste hacia el escritorio, dejaste unos papeles encima y saliste del salón, olvidaste a tu amigo. Levanté la vista esperando a que me miraras pero ni siquiera volteaste hacia mi, tu objetivo era huir de la situación.

—Lo siento, iré a ver qué puedo hacer—dijo nuestro compañero pretendiendo salir a buscarte.

—No—lo retuve—. Iré yo.

—Está odioso, es mejor que trate con un hombre—argumentó.

—No me importa, necesito respuestas.

Te encontré en dirección hacia los sanitarios, con un cigarro apunto de encenderlo.

— ¿Ahora también fumas?—inicié la conversación.

No contestaste, sólo llevaste el puro hacia tu boca en forma retadora. Traté de contenerme.

—¿Dónde pasaste la noche ayer?—volví a hablar. Y no recibí respuesta, sólo humo, me entristecí, permanecí parada unos segundos y decidí a dar la vuelta.

—Estoy harto de esto—hablaste. Yo paré de caminar—. Planeaba seguir con esta farsa, pero ya no puedo más.

No quería escucharte, estaba decepcionada. Pero aún así pregunté—¿Cuál farsa?

—Tú.

— ¿Yo? ¿Qué te he hecho?

Fumaste una vez más para luego tirar el cigarro al piso, con la suela de tu zapato lo apagaste—¿Aún no te das cuenta?

—No estas siendo claro, el único que ha sido una farsa eres tú, no me eches la culpa de lo que te está pasando.

— ¿Eso crees?

—No estoy diciendo lo que creo, sino lo que es real.

—No lo sé, ahora soy un libro abierto ¿Quieres respuestas, cierto? Pues es el momento de preguntar lo que quieras.

— ¿Qué te sucede? Estoy cansada de tu actitud.

—Si de verdad estuvieras cansada no estarías aquí, y estas haciendo todo lo contrario, aun tienes interés.

—Basta—te empujé y quise golpearte, pero no sabía si me lo regresarías, puedo esperarme cualquier cosa de ti, no te conozco—. ¿Quién eres?

—Tu novio, soy tu novio.

—¡No! Tú no eres mi novio—te aseguré.

Al escuchar eso te tranquilizaste—¿Entonces porque sigues aquí?

—Porque te amo—fui sincera y bordé las palabras por primera vez—. Déjame ayudarte.

Diste unos pasos hacia atrás, como si estuvieras asimilando las palabras. Después comenzaron a salir lágrimas en tu rostro —No, no me ames. No lo merezco—tu voz estaba quebradiza—. ¿Cómo es posible que me sigas amando después de todo?

—Porque no sería amor si sólo te amara en los buenos tiempos. También te amo en tus peores momentos.

Mi músico, estabas llorando amargamente, parecía que había una canción triste de fondo, y que tú eras la razón de eso. —Por favor, no me ames más, te seguiré lastimando—sollozaste.

—No me lastimaras más, sólo dime la verdad—respondí acariciando tu rostro—. Todo se solucionará.

Estabas inseguro, me abrazaste espontáneamente y me miraste con tus ojos cristalinos.—Perdóname por lo que te voy a decir...

—Puedes decirme cualquier cosa—sonreí y esperé tu respuesta.

—Te odio—arrastraste las palabras.

— ¿Qué?—dije anonadada—. No es momento para bromas.

—Me temo que no es ninguna broma—escondiste la cabeza.

— ¿Qué estás diciendo? —el mundo me daba vueltas—. ¿Por qué?

—Yo amaba la música... Y tú me hiciste odiarla—detoné tu respuesta por unos segundos. Busqué entre mis recuerdos porque habían empezado las peleas.

—No entiendo.

—Eres la persona más importante para mí, y cuando la persona que amas te impone un sueño inalcanzable, sonríes. Hiciste que me imaginara compartir mi música al mundo, yo jamás había pensado en ser artista, siempre me gusto sólo enseñar mi música, lo estaba haciendo aquí muy bien. Pero tenías que apoyarme y animarme a hacer este proyecto. Se destrozaron mis sueños al ver tal y como son las disqueras, que quieren controlarte, cambiar tu música para poder vender más, decirte que hacer y qué no hacer—escuché atentamente y recordé cuando dijiste que no estabas feliz con eso—. En realidad no estás haciendo música, sino códigos y dígitos, tonos y frecuencias que recrean el sonido de la música, la verdadera música es la que produce con los instrumentos, lo acústico, lo clásico, lo que se escucha al instante. Y eso es algo que yo no estoy haciendo.

Tenías razón, eras música pura, y ahora sólo eres una mezcla. No podías vivir sin la música, y sin ella no eras nada, no tenías identidad, únicamente pensar en eso me estremecí.

—Yo...—no tenía palabras—. No era mi intención, yo sólo...

—Estoy seguro de que has pensado en que ya no soy el mismo, en que no me conoces, y hace unos minutos me preguntaste quien era, era un músico, un guitarrista, un chico de muchas melodías, alguien alegre al sonido, con eso me identificaba.. Y todo eso se esfumo, me lo arrebataste. Lo sé, sé que tú no me obligaste a hacer esto, pero plantaste la idea, me ilusionaste, es por eso que no quería contarte lo que me sucedía en el trabajo, cada caso que he visto, vicios que están dentro de ello. Nada de eso me gusta, sólo es vanidad. Y temo mucho convertirme en eso, pero no podía comentártelo... No sabía como. Traté de ignorarlo y ser positivo, volver a ser contigo la misma persona, pero no podía, era una farsa y pensaba que así ya no te iba a lastimar, pero te lastimé poco a poco, en vez de decírtelo todo... No sé cómo terminar con la persona que mas amaba, perdóname si estoy siendo duro. Pero mis sentimientos hacia ti han cambiado y quiero olvidarte, quizá así olvide a la música pues tu me recuerdas a ella, no sé que será de mi vida, no sé si me estas entendiendo pero estoy destruido y te estoy destruyendo a mi paso, ya no quiero eso.

Entonces capté porque quemaste las partituras, recordé cuando entré a tu habitación y estaban todas mis cartas, planeabas quemarlas también, no tener nada de mí y así poder olvidarme. Tenías rencor, los cambios fueron muy drásticos, que no podías manejarlos. Y a pesar de que eso no justificaba nada de como me tratabas, lo entendí. Entendí como te sentías y la impotencia de como reaccionar con la persona que te lo hizo.

Que la persona que más amas destruya la cosa que más amas...
Amabas hacer música, y ahora odias hacerla.

—Lo lamento tanto—dije llorando—. No lo puedo creer, simplemente no me esperaba eso. Quizá tenga algo de culpa, pero también te entiendo, hubiera reaccionado igual si me hicieran lo mismo.

Es increíble cómo me partió el corazón verte llorar, y que yo no produjera lo mismo en ti, me destrozaba el alma.

—No, no quiero que pienses que fue todo tu culpa—aclaraste—. Te doy las gracias por eso, como todo, tiene sus ventajas y desventajas, esté tiene mas desventajas pero aún así daré lo mejor, y aprenderé a vivir con esto, ver los nuevos rumbos en mi vida y seguir adelante. Perdóname de todo corazón, quería terminar bien contigo y fue al revés... Intentabas rescatar nuestra relación, pero no funcionará.

Ahora ya sabía lo que había sucedido, ya no había necesidad de seguir ahí.

—Bien—besé tu mejilla por última vez y sentí la humedad en tus pómulos, después decidí marcharme con el corazón encogido.

Ya no había más un nosotros.

A un músico ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora