Capitulo 22. Un día explosivo

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Después de esquivar los tornillos que los tenistas estaban lanzando a unas dianas móviles entró en el edificio, vio como varios alumnos lo miraban y luego se ponían a murmurar entre ellos. Le pareció escuchar comentarios sobre qué le habría pasado para tener la cara así, pero lo jóvenes lo saludaron y levantaron el pulgar para animarlo, Nora tenía razón, en Góngora lo felicitaban por haberse pegado, continuó caminando y entró en la clase. Allí encontró a Evan y a Bel hablando tranquilamente mientras Iván los miraba desde la lejanía, Jose se fijó en el chico y vio que tenía un enorme moratón en el rostro y un corte en el labio por lo que sonrió satisfecho. Depositó la mochila sobre la mesa y se dejó caer en su silla, después de pasarse la noche de ayer soportando una charla de su madre sobre lo irresponsable que había sido al pegarse con otro chico las clases serían pan comido.

 — ¡Jose! ¿Estás bien?―preguntó Helena sentándose en el asiento de Evan para luego ponerse a examinarle la cara, Cris que había entrado tras ella se sentó en su silla. ―Bel me contó lo que pasó, fuiste muy valiente.

—Estoy bien, mi madre dice que en unos días se me pasará. ―respondió Jose con voz dulce, Helena asintió y colocó la mano sobre la mesa para luego mirarlo con ternura.

— ¿Te duele mucho? ―curioseó la rubia

—No, duele pero tampoco es para tanto―contestó con timidez, la verdad era que había pasado buena parte de la noche sin poder dormir debido al dolor pero él no iba a reconocerlo, era bueno que los demás creyesen que él era un tipo duro.

—Pobrecito, debiste pasar una noche horrible.―se preocupó Helena acercándole la mano a la mejilla y acariciándole el moratón; Jose puso cara de pena y se hizo la víctima hasta que recordó que la chica lo había besado, dio un respingo y se separó de ella.

— Me voy a ver cómo está Bel. ―indicó Cris con una sonrisa malvada dejando a Jose.

Será hijo de... se marchaba y lo dejaba a él con Helena cuando sabía perfectamente que la chica estaba tras él y que tenía que rechazarla por la maldita apuesta que había hecho con Evan. Resignado se tumbó sobre la mesa y se puso a mirar hacia la puerta mientras Helena a su lado miraba hacia la pizarra.

 —Hagamos un cine de verano, será divertido...¡y una leche! ¡Achís! ―gritó Sonia entrando en la clase sonándose con fuerza, tras ella entró Dan que tenía la cabeza envuelta con una bufanda.―¡¿De quién coño fue la idea?!

—Deja de gritar.―pidió Dan con voz ronca tumbándose como un alma en pena sobre las mesas de Nora y Sonia, la pelirroja se puso a estornudar como loca y se paró delante de ellos.―Ay, me muero...¡Sonia! ¡Hazme caso!

— Dan si de casualidad ves una luz al final de un túnel, tú no lo dudes y corre hacia ella.―dijo la pelirroja centrando su mirada en la rubia.―¿Qué haces ahí sentada?

—Me cambié con Evan.―respondió la rubia con una sonrisa; Sonia enarcó una ceja y Helena negó con la cabeza.―Es broma, estoy aquí mientras Evan esté en mi sitio hablando con Bel.

—¡Ya la veo, veo la luz!―exclamó Dan con la mano levantada hacia el techo. ―Sonia adiós, me voy a un lugar mejor; sé que me echarás de menos y luego te suicidarás para estar conmigo de nuevo pero...

—¡Joder, quieres morirte de una vez! ―espetó la pelirroja caminando hacia Dan y pegándole un puñetazo en la pierna, al ver que el chico seguía quejándose decidió usar la bufanda que le cubría la cabeza para ahorcarlo.

—Un día de estos, lo mata.―murmuró Jose levantando la cabeza y mirando hacia la pareja que discutía en voz alta aunque tuvieron que dejarlo ya que ambos se pusieron a toser con fuerza.

Tienes que ser tú (TQST Libro #1)© [EN LIBRERIAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora