Capítulo 1 ~ Odio visceral

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1.


El dormir en una rama no le sentaba del todo bien. Siempre que se transformaba en pantera procuraba bajar del árbol para dormir como humano, pero a veces le había pasado de que se quedaba dormido como animal, algo que hacía que al día siguiente, si no recordaba dónde estaba, cayera precipitadamente al suelo.


Dio gracias mentalmente aquel día por haber recordado que caerse desde tres metros dolía mucho sin preparar el salto, pero como en ese momento si estaba preparado, cogió impulso con las patas traseras, dio en el tronco del árbol con las delanteras y aterrizó limpiamente. Antes de ponerse de pie ya se había convertido en humano. Se ajustó su sudadera al cuello: siempre que dejaba de ser pantera le costaba volver a tener una temperatura cálida en el cuerpo.


Cuando era más joven, Stiles Stilinski, la pantera de la que hablamos, era de los más torpes en su raza. Su madre murió al dar a luz, quizás porque ella quiso tenerlo como pantera y no como humana, que es como suelen parir las mujeres metamórficas ya que es más fácil para ellas y el bebé no tiene que cambiar de forma para nacer debido a que nacen siendo humanos.


Pues la madre de Stiles no quiso dejar de ser pantera cuando dio a luz al chico, que sufrió una gran conmoción aún dentro de ella para cambiar de forma. Ella murió, y él tuvo que luchar para salir adelante.


Siempre había sido de los más delgaduchos de las panteras, aunque su cuerpo era más alargado que el de los demás. Como humano no distaba mucho, era alto, poca cosa y espigado. No le gustaba ser pantera por el hecho que la obstinación con permanecer fiel a las raíces de su madre fue lo que la mató. Así que procuraba no ser pantera a no ser que su cuerpo no pudiera resistirlo más.


Era el raro de su tribu: por no transformarse había sido condenado al mundo humano. Aunque la mayoría de los de su raza se mezclaban con las personas, ninguno vivía actualmente con ellos, pero Stiles se levantaba, hacía vida diaria, salía y dormía en el mundo humano. Excepto por días como aquel en los que necesitaba liberar la pantera que latía en él.


Se revolvió el pelo castaño y comprobó disgustado que empezaba a ser demasiado largo para peinarlo como a él le gustaba. Si bien sus poderes de metamorfo le daban la capacidad de modificar algunos rasgos de su anatomía -longitud de las uñas, cantidad de pelo, modificar los ojos para tener los suyos de felino y ver mejor-, a Stiles eso nunca se le dio bien. Una vez lo intentó y desde entonces sus ojos tienen una fina raya color miel clara atravesando el iris castaño. Desde entonces procura ir a que le corten el pelo, afeitarse él mismo y forzar la vista como cualquier humano corriente, para luego ser casi perfecto de pantera.


Llegó a su residencia justo a tiempo para ver los últimos coletazos de la fiesta que hubo la noche anterior, momento que aprovechó para escaparse y tener un rato para su lado animal. Subió a su habitación, donde su compañero roncaba en la cama sin camiseta.


El cuarto apestaba a alcohol, y aunque la parte de Stiles solía estar recogida, en aquel momento era un caos. Ordenó un poco y abrió el portátil, dispuesto a hacer el trabajo que le habían mandado en Derecho y leyes, por lo que abrió el tomo de la asignatura y suspiró en voz baja.


Había elegido la carrera de Derecho sólo por el hecho de poder algún día volver a su tribu y poder defenderse con propiedad en el juicio que tenían preparado para él, no por otra cosa que una acusación infundada por traición de su raza al relacionarse con humanos. No es que necesitara una carrera para eso, pero llegado el caso de ir al juicio, ganarlo (porque estaba seguro de que lo ganaría) y poder volver a su pueblo, quería ejercer como defensor a los más necesitados de su especie, y predicar con el ejemplo de que si querían ser diferentes, humanos la mayoría del tiempo, como él, podrían serlo.

My curse [m-preg]Where stories live. Discover now