18. Un cambio inesperado

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Capítulo 18

Andrew

Después de la horrible salida en grupo, no volví a ver o hablar con Amelia hasta el lunes en clase de física. Charlamos normalmente y no la vi por el resto del día, otra vez, y dado que tenía mucho trabajo en la cafetería con eso de que sus jefes están fuera de la ciudad.

Por otro lado, si me tope varias veces con una rubia de la que no soy especialmente fan. Quiero decir, me sorprendió un poco todo el asunto de que se haya visto y leído los dos primeros libros sólo para ir a ver la película conmigo y no estar interrumpiendo con sus preguntas. Fue un lindo gesto. Además de que hizo todo lo posible para ayudarme con Amelia (que no funcionó para nada, pero la intensión es lo que cuenta)

Después, en la comida del domingo, todo se fue a la basura. Tan sólo por un momento, creí que Liss estaba dejando atrás su época de niña consentida, pero no.

Cuando nuestras familias se reunieron fue toda la misma basura de siempre. Y es que su madre y mi madre son mejores amigas desde que estaban en secundaria, y se casaron con dos mejores amigos. Mi padre y el padre de Liss son asombrosos y divertidos. Las mujeres son más como versiones adultas de la rubia.

Termine de guardar mis libros en la mochila y me apresure a salir.

— ¡Andrew, espera! —me detuve por el simple hecho de que, la chica que me llamaba jamás me dice por mi nombre. Desde que tengo memoria, los apodos han sido su pan de cada día incluso cuando le repito hasta el cansancio que no me gustan.

Una punzada cruza mi pecho sorprendiéndome.

— ¿Ya no más Drew? —Liss se encoje de hombros y me sonríe.

—No te gusta que te diga de esa manera, no lo hare. ¿Nos vamos juntos? —comienza a caminar dejándome en medios del patio. Al instante me doy cuenta de su atuendo; jeans, tenis y una camisa simple. Además, va sin maquillaje.

Cuando salgo del shock inicial, Liss va adelante por varios metros y tengo que correr para alcanzarla.

— ¿Qué pasó con tus faldas y abrigos de peluche? —por más que me fastidiara tenerla alrededor la mayoría de las veces, Liss es mi mejor amiga.

Desde que tengo memoria ha estado junto a mí en todo momento, y aunque el tiempo haya hecho cosas diferentes con ambos, no quita el hecho del cariño que le tuve alguna vez.

—Decidí que era hora de un cambio. —Sigue caminando hasta su auto hasta que se sube. No me queda más remedio que seguirla.

—Es extraño —digo sin pensar, lamentándolo al instante. Los ojos de la chica se humedecen y a los segundos está llorando contra el volante.

—Lo sé, es horrible y extraño mis plataformas, pero quiero cambiar —sigue llorando mientras a mí me entra un ataque de pánico, ¿Qué debo hacer?

Salgo del auto y abro la puerta del conductor, quedando de cuclillas con la chica.

— ¿Quién eres y que hiciste con Liss? Ella nunca lloraría frente a mí o dejaría de decirme Drew. —logró sacarle una sonrisa y deja de llorar por unos segundos.

—Acabas de admitir que soy tu amiga —sonríe apenas y me da un fuerte abrazo. No la suelto durante varios minutos, hasta que ella me obliga a hacerlo.

—Ya lo sé y no lo menciones con nadie. Arruinarías mi reputación. —mi comentario logra sacarle otra sonrisa y me doy por satisfecho.

Es muy extraño ver a la rubia triste, sin andar revoloteando por todo el lugar.

— ¿Ahora me dirás por qué quieres cambiar? —las lágrimas vuelven a sus ojos por unos segundos, pero logra mantenerlas lo suficiente para hablar sin que se le quiebre la voz.

—Por ti tonto, ¿que no te das cuenta que estoy enamorada de ti? Siempre lo he estado.


Ni siquiera conozco tu nombre (Coffee Shop #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora