23. Charla con la almohada y un poco de café

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Capítulo 23

Taylor

Tal vez sea un poco absurdo encontrarme encerrado sin hacer absolutamente nada para remediar lo que pasó la semana pasada.

Sé que Evan me tiene ventaja en la batalla por conquistar a Amelia. Y sé que Cam ha desistido.

Lo único en lo que puedo pensar ahora es en qué haré para poder ponerme de nuevo en la carrera, sin embargo, no tengo idea de qué hacer.

Bajo a la cocina para prepararme otra taza de café y así poder mantenerme despierto.

He intentado de todo para poder hacer algo que haga que la pelirroja me note y lo único que logró es confundirme más y dudar de mí.

—Insomnio, ¿eh? —La voz de Lily me saca de mis pensamientos y un buen susto, para ser sinceros. No la veo por ninguna parte, solo escucho su voz.

—Algo, ¿Qué haces despierta? —Las luces de la sala se encienden y me dejan ver a una Lily con pijama y una taza de café entre sus manos. Se encoge de hombros y palmea el lado vacío del sillón. Ella está consciente de que tengo problemas, pero no estoy seguro de que pueda ayudarme.

Me siento a su lado en completo silencio, sin saber muy bien qué decir.

—¿Qué pasa Taylor, problemas de chicas? —Asiento mientras me cubro la cara con las manos. Dios, esto es vergonzoso.

—Algo así, una en especial —Puedo sentir como mi madrastra sonríe aun cuando no la estoy viendo. Ella siempre tiene estos alocados planes que nunca sé cómo llegan a su mente. Estoy preparado para escuchar uno de ellos, sin embargo, su respuesta me deja completamente congelado.

—Tay, yo entiendo, de verdad. Creo que ninguno de mis asombrosos planes podría funcionar en ninguna circunstancia. Tiene que salir de aquí. —Toca mi pecho con uno de sus dedos para después dar un pequeño golpecito en mi sien—. No de aquí. Sé que resulta complicado, pero a veces vale la pena el hacer el ridículo por la persona que quieres. Algunas veces solo hace falta dar un pequeño brinco de confianza para poder arriesgarse.

Ella tenía razón. Como siempre.

Lily siempre ha estado para mí de todas maneras; como amiga, como confidente, como mamá. Últimamente me he dado cuenta que hace muecas cada vez que la llamo por su nombre, sé que le duele pensar que solo la veo como la esposa de mi padre. Pero no es así. Amo a mi madre, pero francamente no recuerdo mucho de ella. Sé que fue una mujer maravillosa, pero Lily es la que siempre ha estado ahí.

Me da un rápido beso en la mejilla y camina a las escaleras para regresar a dormir. Antes de que pueda dar otro paso, corro para alcanzarla.

—Gracias por todo, mamá.

Ni siquiera conozco tu nombre (Coffee Shop #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora