» 15

115K 7.6K 2.8K
                                    

Puedes seguirme en twitter: @milanolivar 😁🤍


Lauren's POV

Ni siquiera me hizo falta abrir los ojos aquella mañana para darme cuenta de que había dormido fatal. El cuello me daba un pinchazo cada vez que lo movía y mi espalda era un auténtico desastre. Creía oírla crujir si me movía un poco. La tenía completamente dolorida y llena de contracturas.

—Tú, ts, vamos, arriba. —La voz de mi madre resonó en la puerta, ni siquiera me había dado tiempo a decir nada cuando ya había cerrado de golpe.

Puse los pies en el suelo y moví un poco el cuello, pero no, por mucho que lo moviese no se pasaba el dolor.

Bajé las escaleras escuchando las voces de mis padres desde la cocina donde preparaban el desayuno. Quizás era una de las cosas que hacían por mí, el desayuno.

—Buenos días. —Dije mirando la mesa, y mi madre no respondió.

—Buenos días. —Pero mi padre sí.

Me senté en la mesa soltando un quejido por la espalda, cayendo en la silla con pesadez, y con el dolor punzante en el cuello y mi espalda.

—Qué, ¿otra excusa para no ir a clase hoy? —Levanté la mirada hacia mi madre, que se sentó frente a mí. La miraba incrédula, porque no sabía de qué estaba hablando.

—Ni siquiera he dicho nada. —Bajé la mirada hacia la tostada, untándola con mantequilla con cuidado.

—Tú sabes muy bien lo que haces. —Decidí no responder, apretando la empuñadura del cuchillo mientras cogía un poco de mermelada para ponerla en la tostada.

Por la puerta entraron mis hermanos, y yo seguía resintiéndome de aquél dolor de espalda mientras desayunaba, y justo cuando fui a meterme la tostada en la boca mi hermano me la quitó comiéndosela él.

—Hey, buenos días Lauren, gracias por la tostada. —Le di un golpe en el muslo, aunque no debí hacerlo.

—¡Lauren! ¿¡Qué coño haces!? ¡Tu hermano está resentido del muslo y tiene que jugar el siguiente partido! —Mi hermano ni siquiera se quejó de que le doliese, pero claro, tenía que jugar el siguiente partido.

—A mí me duele la espalda y no me quejo. —Solté cogiendo otra tostada, untando la mantequilla con más rabia e impotencia que antes.

—Tú no juegas al fútbol, tú no haces nada. —Las últimas palabas de mi madre se quedaron grabadas a fuego en mi cabeza, doliendo, como siempre lo hacía.

—Sigo sin entender por qué ellos tienen un colchón nuevo y bueno y yo tengo el de la abuela. —Exigí una explicación, soltando la tostada en el plato.

—Ay, que es una envidiosa. —Chris me tiró de la mejilla apretando los dedos y le di un manotazo apartándolo de mí. Envidiosa, sabría él las injusticias por las que yo tenía que pasar y él no. Envidiosa, cuando ellos tenían los mejores regalos y de mi cumpleaños ni se acordaban.

*

Odiaba los días que Camila tenía que ir al médico y no podía ir al instituto, lo odiaba porque yo sólo iba por ella.

Las clases eran eternas, un auténtico suplicio, pero iba porque tenía que cogerle los apuntes a Camila. Ella era todo lo contrario a mí, era aplicada, era lista, era educada y yo sólo era un amasijo de rebeldía y creatividad que estaba enamorada de ella.

La cafetería tampoco era lo mismo sin ella, era sólo un montón de gente hablando alto y sin sentido, así que decidí sentarme en el pasillo con la bandeja en el regazo, todo era mejor allí, o eso creía.

coldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora