Lo Que Nunca Fue | Once Upon a Time [En Pausa]

16° Desecho

Riley había pasado una buena tarde con su salvadora y ahora nueva amiga.

La chica de cabello oscuro trató a Riley como a una conocida ganando su confianza muy pronto. Habían pasado la mañana hablando, sin llegar a enterarse de que había algo más que gustos que compartían. Dorothy estaba consiente que había algo extraño tanto en la forma en que apareció Riley, como en su historia, como en su esencia. La de cabello negro ya había conocido brujas antes, cuando estuvo en Oz, y parte de eso aun permanecía con ella aun cuando habían pasado años.

Por su parte Riley, sentía que conocía a Dorothy de algún lado. Pero no preguntó.

La castaña había decidido irse de la casa de su amiga pero esta se había negado, pidiendo que se quedase unos días más. Dorothy convenció a Riley que le ayudase en la granja por unos días para aliviar el trabajo. La castaña no se negó pues aquel trabajo se le hacía fácil.

Pronto los días pasaron volando y las chicas se tenían más confianza. Fue entonces que Riley descubrió quien era Dorothy.

Riley despertó en un día oscuro, con nubes tan densas que apenas permitían la entrada de luz. Se mantuvo unos minutos en la cama tratando de dormir más pero no lo consiguió. Se levantó y se dio una ducha. Cuando salió esperando encontrar a su amiga, en su lugar encontró una nota que explicaba que la de cabello negro, estaría afuera gran parte del día. Un poco extrañada siguió como de costumbre pero algo no andaba bien.

Riley sintió la lluvia golpear contra las ventanas de la casa, su curiosidad fue tanta que no pudo evitar asomarse a ver el exterior. Sus marrones orbes no podían creer lo que veían. Un verde ciclón se estaba formando frente a su nariz, azotando con fuertes ráfagas el vecindario. La castaña conocía ese fenómeno y no estaba dispuesta a dejar que se la llevase con él. Como pudo corrió toda la casa buscando un sitio seguro. Si de algo estaba segura, era que no volvería a Oz. Sentía que esa tierra le nublaba el juicio y oscurecía su corazón.

Corrió al sótano como pudo. Intentando en el camino no tropezar. En su travesía hasta aquel oscuro lugar Riley pudo ver y oír como la decoración y fornitura de la casa se caía de paredes y estantes hasta chocar contra el suelo y sonar estrepitosamente. Una logro abrir la pequeña puerta que guiaba al sótano, la joven se sintió aterrada. Una vez sus pies la guiaran a bajar por aquellas escaleras, no habría marcha atrás para escapar de aquel lugar. Y los segundos seguían avanzando.

Su corazón palpitaba desbocadamente en su pecho, tanto que parecía que se saldría de él en cualquier momento. Estaba horrorizada. En su estadía en Kansas con Dorothy la había hecho reconsiderar algunas cosas, como ¿Qué era lo que su corazón más deseaba? El miedo la hacía trastabillar, no podía usar sus poderes. Estaba indefensa. Era inútil, estaba perdida. Volvería a Oz y se perdería a sí misma para siempre.

• • •

Robin Hood tenía mucho en que pensar, y mucho que asimilar. Para el líder de los Hombre Valientes tener que decidir entre su amor del Bosque Encantado, a quien había dado por muerta hace años y a quien jamás pensó volver a ver, y su amor en Storybrooke, Regina, aquella mujer que había conocido como la Reina Malvada y que poco a poco se fue colando en su corazón haciéndolo olvidar sus problemas cuando la tenía cerca.

Regina no reemplazaba a Marian, no, ella era su nuevo comienzo y nueva oportunidad para poder tener finalmente un final feliz, tan anhelado por ambos. Sin mencionar, que Roland la adoraba.

Pero ahora Marian estaba en Storybrooke, Roland la volvía a tener y no le podía quitar eso a su hijo.

Lo peor de todo era que su esposa, se estaba congelando. Y aun con todo el amor que sentía por cada una de las mujeres, Robin debía ser egoísta, se había maldecido a sí mismo por siquiera pensarlo pero debía pedir ayuda a Regina. Ella era una gran bruja. Diestra en magia oscura. Seguro ella podría ayudar y devolverle a Roland su madre.