24. La prueba mayor

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Capítulo 24

Cam

Estaba a punto de enfrentar, el reto más grande de toda mi vida. Lo que estaba a punto de experimentar, cambiaría el curso de mi destino.

Vale, tal vez estaba exagerando, pero en este momento, era una de las decisiones más importantes que tenía que tomar.

Frente a mí, tenía a dos chicas aparentemente idénticas. Ropa, cabello y cara iguales.

Y tenía que diferenciarlas para poder ir a mi cita de San Valentín con Amalia.

Y la única condición de la chica fue, que tenía que diferenciarla de su hermana gemela.

—Es una especie de regla. Queremos evitar malos entendidos en el futuro. —La explicación siempre es bastante lógica si me lo preguntan. Pero es una desventaja para mí.

Ninguna de las chicas había dicho ninguna palabra, sólo se habían sentado en el sillón a esperar. Por mi parte, lo único que pude hacer fue observarlas.

Ambas se habían recogido el cabello en un moño y quitado todo maquillaje. En apariencia, estoy perdido. Son prácticamente clones.

La pelirroja de la derecha, está sentada de chinito, y la de la izquierda, con las piernas cruzadas.

Eso bien, podría ser una trampa o una pista. En circunstancias normales, habría dicho sin duda que la de las piernas cruzadas es Amalia. Pero las gemelas son muy astutas.

Desecho ese camino y sigo observando. La chica de la derecha tiene una sonrisa con todos los dientes, y la de la izquierda, sin ellos. Ahora, las cosas son diferentes. Amalia nunca sonríe sin dientes.

Necesito dejar de ver la superficie y concentrarme en las chicas. ¿Qué cosas son las que Amalia tiene que Amelia no?

Amalia tiene unos destellos dorados en sus ojos verdes, trata de siempre estar sonriendo y jamás muestra cuando está nerviosa por algo.

Y ahí es cuando me doy cuenta. La chica de la izquierda está jugando con sus manos. Palpando su muñeca buscando pulseras que no están. Me acercó a la chica indicada mientras la tomó de la mano para arrastrarla fuera del departamento.

—Así que... Persiste chico, tienes a la equivocada —ahora que habla y puedo ver sus ojos más de cerca, me doy cuenta de no me equivoqué. Esta es Amalia.

—Buen intento pelirroja, ahora ve a ser tú de nuevo para poder ir a nuestra cita. —La pelirroja sonríe y entra de nuevo al departamento a cambiarse.

Una vez ya preparada, toma mi mano y salimos juntos hacia fuera.

—¿Cómo lo supiste? —me pregunta una vez dentro de mi auto.

Me encojó de hombros y le doy un beso en la mejilla.

—¿Cómo no iba a reconocerte? Siempre irradias una luz que nadie más podría igualar. —Una sonrisa boba aparece en sus labios y se recuesta en el asiento pensando en, esperó sea yo.

Tal vez no haya sido completamente honesto con ella, pero el romanticismo nunca pasa de moda.

Ni siquiera conozco tu nombre (Coffee Shop #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora