Capítulo XII.

35.8K 3.1K 283
                                    

(Eider)

-De verdad, lo siento mucho Eliot- dije por quinta vez.

-No pasa nada, un despiste lo tiene cualquiera- comentó con una sonrisa- Es agua, ya sé secará.

En realidad no fue un despiste, la tiré porque iba a besarme. Pensé en Daemon, no sé porqué, me puse nerviosa y... ¡Adiós agua!

-¿Por donde iba?- preguntó acercándose a mi.

¡Mierda ya no me queda más agua!

¿Y si le digo que le tengo miedo a sentarme en los bancos del parque? Mierda ya estoy sentada, no funcionará. ¿A quien mierda se le ocurre tener una cita en un parque? A todo el mundo que quiere ser besado.

¡Yo no quiero ser besada!

-Como te acerques a ella un sólo centímetro más te mato- gruñó Daemon.

¡Gracias Daemon ya no tendré que besarle!

-¿Y quién eres tú para decirme que no la besé?- Eliot se levantó del banco para quedarse a la altura de Daemon.

Está loco, quiere morir, porque si es para impresionarme... No, definitivamente morirá en vano.

-¡Hey! ¡Esperen!- gritó Tony, que apareció junto a Javier, Alejandro y Dylan.

-¡El que faltaba!- grité exasperada.

-¿Han empezado ya?- preguntó desilusionado mientras se sentaba juntó a mí, rodeandome con su brazo.

-Estaban apunto- confirmé.

-¡Genial! ¡Ya podéis seguir!- gritó sacando un bol de palomitas.

-¿De donde has sacado las palomitas?- pregunté sorprendida.

-Un mago nunca revela sus trucos, mocosa- dijo llevándose un puñado de palomitas a la boca.

-En realidad se las ha robado a una pareja que se estaban dando el lote en el césped del parque- aclaró Dylan riendo. Y la verdad yo tampoco pude evitar reír.

-¡Me importa una mierda! ¡A ella no la tocas!- bramó un furioso Daemon.

-Sh callarse que empieza- susurró Tony emocionado.

-Dame palomitas- hice un puchero.

-Solo porque soy buena persona- me tendió las palomitas- Apuesto diez euros a que Daemon gana. El tal Eliot,  porque se llama Eliot, ¿verdad?- me preguntó a lo que asentí mientras comía palomitas- Pues eso que Eliot ya se ha hecho pipí encima.

-Es agua- aclaré con desdén- Se la he tirado porque no quería que me besara y ha dado la casualidad que ha caído ahí.

-¡Esa es mi chica!- gritó chocando los puños conmigo.

-¡Qué no soy su hermano, gilipollas!- bramó otra vez Daemon- ¡Su hermano es éste!- le dio un tirón a Alex hasta ponerlo en frente de Eliot.

-¡Dale caña Daemon! ¡Ponlo en su sitio!- gritó Tony riendo.

-¡Cállate! ¡Y quita las manos de encima de Eider!- le amenazó.

-Amigo tienes un grave problema con compartir, es solo un ratito en lo que tú discutes.

-Eso, eso tú déjalo estoy muy cómoda así- le dije a Daemon- Estamos discutiendo quien ganará.

-¿Ves? Me prefiere a mí, ahora sigue a lo tuyo- hizo el gesto de "Adelante" con sus manos.

-A este paso nos vamos a llevar bien- dije riendo.

-Oh no mocosa, esto es una tregua, después volveremos a discutir ya lo verás- me guiñó un ojo.

Iba a contestar pero los gritos de Daemon me interrumpieron.

-¡Es mi novia, gilipollas!- gritó Daemon señalándome con el dedo.

-¡Pero sí está en una cita conmigo!- también me señaló.

-¡Técnicamente no lo es, pero lo será!- afirmó- ¡Así que vete a la mierda y déjanos en paz!

-Uh de aquí a nada ves a Daemon convertido en lobo- susurró Tony en mi oído.

-¿Por qué susurras?- pregunté yo también susurrando.

-Porque no quiero que Daemon se ponga a pelear conmigo, estoy bien aquí contigo y las palomitas- ambos reimos.

-¡Pues si no te lo crees mira gilipollas!-  gritó Daemon acercándose a mí, me arrancó de los brazos de Tony y me besó.

-¡Así, así! ¡Marcando territorio!- silbó Tony.

La princesa de sus ojos © Où les histoires vivent. Découvrez maintenant