27. Corazón roto

2.5K 364 65
                                    

Capítulo 27

Taylor

El café frío en mis manos se vuelve cada vez más pesado. Los nervios aumentan con cada segundo que pasa y mi corazón parece haber llegado al límite de latidos por minuto.

Hay un dicho que dice "No hagas preguntas si no quieres escuchar su respuesta". Yo estaba aterrado por escuchar lo que llevaba sospechando desde hace mucho tiempo, pero no podía seguir alimentando a mi corazón con falsas esperanzas.

Así que, había reunido el coraje necesario para pedirle a Amelia un momento para hablar, sin decirle que pensaba continuar con la conversación que dejamos pendiente hace varios días.

El comedor está vacío, el único sonido que acompaña mi respiración es la cafetera goteando.

—Hey Tay, perdón por la demora —la voz de la chica ni siquiera me sobresalta, simplemente me tranquiliza. Se quita su mascada y se sienta frente a mí, esperando para que comience a hablar.

Tengo un nudo en la garganta y mi lengua está hecha un lío de palabras.

—¿Recuerdas la vez que nos quedamos atrapados en la bodega? —Ella asiente insegura y sé que ya sabe por dónde va todo esto.

—Eh, si, lo lamento. Fue grosero y prepotente de mi parte preguntarte aquello, no fue mi intención...—La interrumpo con un breve ademán.

—Está bien, de verdad. Yo solo quería decirte que, uhm, si, siento algo por ti. —En este momento me sentía como un niño de primaria declarando su amor a la maestra. Hubiera sido más fácil mandar una nota, si a esas estamos.

La pelirroja se pasa las manos por la cara y se deja caer derrotada en la mesa.

—Esto no está bien. —Y lo entiendo más que nadie cuando me lo dice. Sé que mi tren se fue hace mucho tiempo, que espere demasiado tiempo para dar el gran paso y ahora me he quedado atrapado en la zona de amigos.

No es ninguna novedad que haya caído completamente por el chico que luchó más duro por ella.

Me siento bien. Amelia tomó su decisión y yo no hice nada por impedirlo. Me quedé parado sumido en mis propios pensamientos olvidándome que estaba en una carrera.

—Hey, está bien. Yo estoy bien, ¿Regresamos al trabajo entonces? —Sus mejillas coloradas y su sonrisa aliviada son todo lo que necesito para saber qué hice lo correcto.

Ella no necesita drama en su vida, no cuando esta por alcanzar la felicidad que sé que lleva soñando con tanto tiempo.

Con un sorbo final a mi café, me levanto de la silla para seguir por el camino de un corazón roto.

Ni siquiera conozco tu nombre (Coffee Shop #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora