Treinta y nueve.

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#MaeDay
Capítulo treinta y nueve: Volver a casa.

—Mia, cálmate. Podemos escribirle —hablé sacando mi teléfono y la miré— Ya no tengo internet...
—¡Yo le escribo! —Se rascó la cabeza y escribió algo en teléfono— como desaparezca por más tiempo, le diré a mamá que... No sé, le diré algo.
—Tranquila, persona ruda —reí tocando su hombro—. Vamos a llegar, todavía tenemos treinta minutos para llegar a tiempo.
—¿Qué estamos haciendo? —preguntó Christine parada a mi lado y pegué un brinco— ¿Te asusté?
—Un poco... Sí —Toqué mi pecho y tomé aire.
—¿Boletos?
—Hola, hermanita, yo estoy bien —mencionó buscando algo en su bolso y Mia tomó los boletos en cuanto ella los alzó.
—Casi me da un... Algo —Nos repartió los papeles mientras yo reía.
—Pero si solo fui por un café, exagerada.
—¿Qué haremos?
—Ir al aeropuerto —Mia le sacó la lengua a su hermana y se fue halando de mi brazo y el de Derek.

Al cabo de varias horas, estábamos saliendo con las maletas para buscar a papá.
Lo que encontramos fue a la familia Gunn y Zeke con un gran cartel de florecitas dibujadas que decía "Mi Joshi", y papá al lado con un cartel de un ratón, una ovejita, una jirafa y un duende dibujados por él.

—Espero ser esa jirafa —dijo Max al mirar el cartel de lejos.
—¿Por qué está la jirafa atada al ratón?
—¿Por qué la oveja tiene una varita mágica?
—¿Por qué soy el duende? —grité frunciendo el ceño mientras papá se carcajeaba a la distancia.
—Al menos ustedes tienen dibujos creativos —Se quejó Joseph y yo reí presionando su mano, ya que habíamos entrado con los dedos entrelazados.
—¡Hermano! —gritó Grace corriendo y capi me soltó para abrazarla, sonreí emocionada al verlos y sentí como alguien caía sobre mí.
—Hola, metro y medio plataformado, te extrañé.
—Hola, Zeke. Siempre es un gusto verte —Entrecerré los ojos y él rió abrazándome.
—A ver, niño... Suelta a mi bebé que me toca abrazarla —Mi papá movió a Zeke y me abrazó fuerte... Demasiado fuerte.
—Due-le.
—Perdón, me hiciste mucha falta.

Y un tosido de mi hermano lo alertó.

»Perdón, me hicieron mucha falta.

Yo sonreí abrazándolo también y estiré el brazo para unirnos a Derek.

—¡Mi bebito! —chillo mamá Gunn y yo no pude evitar reír ocultándolo en el abrazo de mi papá.
—Mamá, por favor, deja de peinarme con tu saliva. ¡¡Mamá!! —Se quejó y su padre rió mirándolos. Que hombre tan serio, se reía poco.
—Ya, Nicole... Deja al niño tranquilo.

Oh, cierto. Se llamaba Nicole.

—Kevin, no llames niño a mi bebé.
—¡Mae! —gritó Grace abrazándome y tuve que soltar a papá y Derek para corresponder adecuadamente.

¿Qué nadie se daba cuenta que nuestra familia se estaba conociendo?

Y al parecer Joseph lo notó, porque teníamos la misma cara.

—Uhm, Mamá, papá... Les presento al papá de Mae.
—Ya nos conocemos —sonrió papá palmeando el brazo de "Kevin".
—¿Qué? —preguntamos Joseph y yo.
—Kevin y yo a veces jugamos golf.
—¿Juegas golf? —Le pregunté a papá confundida.
—¿De dónde crees que salieron los palos de golf que tengo, Mae?
—Pensé que eran parte de algún disfraz... Si siempre estás en el teatro, ¿cómo voy a saber?
—Vaya, vaya —susurró Mia apoyando su codo en mi hombro.
—Ni una sola palabra, Welch... O suelto la bomba.
—Tarde —habló Derek y tomó la mano de mi amiga—. Papá, te presento a mi novia.
—¿Qué? —habló Mia.
—¿Qué? —Esta vez fue papá.
—¿Qué? —Derek contestó.
—¿Qué? —Max se unió solo para molestar.
—¡Basta! —Les grité para que dejen de decirlo.
—Bueno, en ese caso... Papá, mamá, Grace... Zeke.
—¡No lo creo! —chilló Zeke señalándonos y reí asintiendo mientras Joseph tomaba mi mano.
—Les presento a mi novia... Yo soy el novio.

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