Capitulo 100

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Lucio acorralo a Bárbara como lo había deseado por años, no iba a permitir que la oportunidad se le escapara de las manos, Fernanda estaba afuera, junto a los otros hombres escuchando los gritos de Bárbara.

Fernanda: por favor déjenme entrar!!

Hombre: lo harás cuando todo haya acabado, nuestro jefe dará la orden, hasta entonces nos quedaremos aquí.

Lucio y Bárbara forcejearon, Bárbara cayo al suelo y a tan solo centímetros de distancia vio una botella de tequila vacia, la tomo y golpeó a Lucio en la cabeza, quebrando la botella y dejando a este inconsciente, Desde afuera se escucho el ruido, los hombres entraron corriendo y vieron a Lucio tirado en el suelo.

Hombre: pero que diablos hiciste?

Mientras uno de los hombres auxiliaba a Lucio, los otros dos se encargaron de amarrar a Bárbara y a Fernanda y dejarlas en un lugar más oscuro.

Bárbara hiperventilaba del miedo que había sentido, Fernanda estaba aterrada.

Fernanda: estas bien?

Bárbara: si.

Fernanda: tenemos que salir de aquí cuanto antes, Lucio podría tratar de lastimarte otra ves.

Bárbara: haremos un segundo intento cuando se duerman.

Eduardo se sentía impotente, necesitaba ver a Bárbara, estar seguro de que estaba bien, las autoridades aún no hallaban pistas que los llevaran con su paradero, estaban en un callejón sin salida.

Era de madrugada, dos hombres dormían en el lugar donde estaban Bárbara y Fernanda, tenían las llaves, pero era imposible saber donde.

Fernanda: que haces?

Bárbara: trato de desatarme.

Bárbara no logro desatarse sus manos eran muy delicadas para desatar el gran nudo que rodeaba sus manos y pies.

Bárbara: hay que quitarles las llaves, Fernanda puedes hacerlo?

Fernanda: si, pero como? Estamos atadas y ellos Están dormidos.

Bárbara: llamaré su atención, asi tú aprovechas y le quitas las llaves y sales corriendo.

Fernanda: pero No puedo dejarte aquí.

Bárbara: estaré bien, saldré detrás de ti.

Fernanda: esta bien.

Bárbara: estás lista?

Fernanda: si

Bárbara empezó a gritar.

Bárbara: me duelen los brazos, no puedo dormir, tengo hambre, necesito moverme.

Los dos hombres se despertaron.

Hombre 1: ya deja de gritar, déjanos dormir.

Bárbara: no puedo, me duele mucho, desátame por favor.

Hombre 2: estas loca, puedes escaparte.

Bárbara: estoy muy débil para hacerlo no lo haré, lo prometo y Lucio no tiene por que enterarse, por favor ya cuando amanezca me atan otra vez.

Hombre 1: si con eso nos dejas dormir, esta bien, pero te ataremos después.

Hombre 2: sabes que, desata a la otra también , no vaya a hacer que empiece a gritar como esta y no nos dejen dormir.

Los hombres las desataron, Cuando iban a acomodarse para dormir, Bárbara le hizo señas a Fernanda ella tomo una botella y golpeo a uno, dejándolo en el suelo, el otro rápidamente trato de reaccionar, pero Bárbara lo empujo y este se golpeó con una mesa  de madera cayendo al suelo, rápidamente los ataron y salieron del lugar.

Estaba obscuro no sabían dónde estaban, solo tenían claro que debían alejarse mucho, horas más tarde ambas ya estaban exhaustas, habían caminado mucho y necesitaban comer, estaban muy débiles.

Llegaron a una casa en ruinas, que encontraron en el camino.

Fernanda: Dónde estamos?

Bárbara: no sé, y ya no puedo caminar más, estoy muy cansada.

Fernanda: yo también, tengo mucha sed.

Bárbara: hay que buscar ayuda, un pueblo cercano que nos permita llegar a la ciudad.

Fernanda: entonces descansemos un rato y continuamos, cuando amanezca.

Bárbara: si.

Eduardo y Santiago estaba en la estación de policía.

Comandante: Señor Juarez ya todos los medios están alerta de la desaparición de su esposa y Fernanda Elizalde, al igual que todas las regiones del país, en cuanto alguien las vea y sepa que hay una millonario recompensa nos ayudaran a dar con ellas.

Eduardo: lo único que quiero es recuperarla.

Comandante: entiendo su situación y créame que haremos todo lo que esté a nuestro alcance para encontrarlas a las dos con bien.

Santiago: Eduardo, ve a descansar un rato, nos has dormido estos últimos dos días, te puedes enfermar.

Eduardo: no podre dormir hasta no tenerla conmigo, tengo miedo de que algo malo le pase.

Santiago: no digas eso, las dos son fuertes y estoy seguro que están bien.

Eduardo: Dios mío, donde quiera que este, cuida a Bárbara, no sé qué sería de mi vida sin ella, si es necesario te doy mi vida a cambio de la suya.

Santiago: no digas eso, pronto la tendrás contigo.

Los dos hombres despertaron y no vieron a Bárbara y Fernanda, las buscaron por los alrededores pero no había ninguna señal de ellas, Lucio llego al lugar.

Lucio: dónde están?

Hombre 1: se escaparon.

Lucio: qué? Como las dejaron ir, acaso no las ataron de nuevo?

Hombre 2: si, pero las desatamos después.

Lucio: y se puede saber por qué?

Hombre 1: es que una de ellas se estaba quejando y no nos dejaban dormir.

Lucio:  dormir? Les pago para que las cuiden no para que se duerman y mucho menos las desaten, ahora mismo las traen de vuelta si no quieren tener problemas conmigo.

Los dos hombres salieron a Buscarlas.

Lucio: de mi no te escapas Bárbara Greco, me las vas a pagar!
Barbate FernandaContinuaron su camino, entraron a un pequeño pueblo, parecía ser Buena esperanza, Fernanda lo reconoció por el Colegio donde por mucho tiempo estuvo Aurora.

Fernanda: vamos al colegio, desde allá podremos llamar y pedir ayuda.

Bárbara se sentía muy mal.

Fernanda: Bárbara, estás ardiendo en calentura, Dios mío tenemos que llegar al colegio allá las monjitas nos ayudaran, resiste.

Bárbara: no me siento bien.

Fernanda trato de ayudar a Bárbara pero estaba muy débil, termino perdiendo el conocimiento.

MAÑANA ES PARA SIEMPRE II, El regreso de Bárbara.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora