Capítulo 5

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Al igual que el día anterior, esa mañana estuvo lluviosa. Fueron despertando de uno en uno y bajando a desayunar, pero los planes que habían hecho el día anterior (como ir a explorar los terrenos con los Pevensie), se vieron completamente aplazados cuando diez miembros de la Orden se presentaron a medio día, entre ellos estaban Lupin, Tonks, Ojoloco y Kingsley.

-Todos tomen sus baúles, nos vamos a Grimmauld Place -dijo la señora Weasley sorprendiéndolos a todos.

-¿Grimmauld Place? -preguntaron Dudley, Oliver, Natalie y los Pevensie con confusión.

-Es el cuartel general de la Orden -explicó Tonks antes de mirar a Harry-. Aunque...

-Pueden seguirla usando -contesto el azabache de ojos verdes.

-Bueno, es que como es tuya, pensamos que tal vez...

-No será completamente mía hasta que cumpla la mayoría de edad -Harry miró a Remus con una sonrisa-. Pueden quedarse todo el tiempo que lo necesiten.

Dicho esto, todos subieron a las habitaciones por sus baúles, maletas, mascotas, escobas... en fin, todo lo que necesitaban para irse a Hogwarts dentro de pocos días. La Madriguera se volvió un caos total en cuestión de minutos. La señora Weasley empacaba comida y ropa al mismo tiempo, el señor Weasley tomaba todo lo que iba a necesitar para el trabajo. Remus y Tonks supervisaban que los chicos no olvidaran nada; todos se pusieron las túnicas del colegio sobre la ropa y bajaron las escaleras.

-Nos iremos en estos coches -dijo Tonks apuntando a los que el Ministerio había prestado-. En el grupo uno están Peter, Hermione, Angelina, Susan, Edmund, Katie y Lucy. En el grupo dos Harry, Ginny, Dudley, Ron, Natalie y Fred. El grupo tres van George, Bill, Charlie, Kingsley, Fleur, Arthur y Molly. Los demás nos acomodaremos en los autos restantes.

-En marcha, ahora -ordenó Ojoloco subiendo al mismo auto que Tonks.

Cuando todos estuvieron acomodados (Peter hizo un escándalo enorme para que le tocara con Hermione) los autos se pusieron en marcha. En donde iba el grupo uno todos iban en silencio, Peter tenía un brazo sobre los hombros de Hermione, y ella hacia un esfuerzo titánico por no demostrar lo nerviosa que estaba.

-¡Ay! -gritó la castaña de repente haciendo que todos se exaltaran, ella sonrió a modo de disculpa y sacó su moneda encantada del Ejercito de Dumbledore-. ¡Harry James Potter!

El mensaje decía un simple: "Hey".

La castaña comenzó a escribir una respuesta en la moneda y la apretó con todas sus fuerzas. En el otro auto, Harry aulló de dolor y sacó la ardiente moneda.

"No vuelvas a hacerlo", decía la moneda, "ahora tengo el trasero chamuscado por tu culpa".

El viaje fue algo corto, sin contar el tráfico que hubo justo en el centro de Londres, a unas pocas manzanas de llegar a Grimmauld Place; dentro de los autos se respiraba un aire de expectación por quienes pisarían la antigua casa de la familia Black por primera vez. Los Pevensie, Natalie, Angelina, Katie y Dudley se quedaron con la boca abierta al ver como salía la casa de entre el once y trece. Se adelantaron a entrar y, de tanta emoción, Dudley no pudo aguantar las ganas de gritar:

-¡Tu casa es enorme, Harry!

-Shhh -dijeron Ron y Hermione, pero era demasiado tarde, el cuadro de la madre de Sirius se destapó y comenzó a despotricar en contra de todos.

-¡Sangres sucias! ¡Fuera de mi casa! ¡Impuros! ¡Traidores de la sangre!

Tonks y Remus se adelantaron y lo cerraron después de unos minutos de esfuerzo. Dudley y los Pevensie estaban completamente paralizados por la escena que acababan de presenciar, mientras que Katie, Angelina y Natalie miraban a los demás chicos con una ceja alzada.

Harry Potter: El Misterio de los HerederosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora